Decididos a lograr su objetivo, los indígenas cortaron el paso del puente Remanso ya en horas de la mañana, creando un caos en el tráfico y enervando los ánimos de cientos de conductores y acompañantes.
El pedido era sencillo: que Ana María Allen deje el cargo de presidenta del INDI (Instituto Paraguayo Del Indígena).
Caciques de varias comunidades no dejaron que nadie cruzara y la medida de presión, que no cedió en ningún momento, finalmente dio sus frutos. Hace instantes, Allen decidió dar un paso al costado, según informó el asesor de la Presidencia, Daniel Centurión.
Ya la situación se tornaba crítica, porque conductores varados armaron un grupo que amenazó con avasallar a los indígenas apostados a lo largo de la pasarela.
La desesperación fue creciendo ya que cientos de mujeres y niños estuvieron expuestos a una temperatura infernal por muchas horas.
El caso más dramático fue el de una niña con diagnóstico de apendicitis que se encontraba en una ambulancia. A pesar de que el chofer les lloró a los líderes indígenas para que les ceda el paso, no logró convencerlos.