En un acto de valentía y determinación, Luis Castro (39), un trabajador dedicado a limpiar patios, se convirtió en el ángel de dos escueleros que estaban a punto de ser atacados por un par de feroces perros de la raza Pitbull.
Don Luis, no dudó en dejar la parcela que limpiaba para salir a la calle e interponerse a los caninos, a los que hizo correr con el sonido de su desmalezadora (corta pasto).
La historia ocurrió pasadas las 11 de la mañana del viernes, en el barrio Santa Librada de la ciudad de Mariano Roque Alonso, Central.
El trabajador contó a EXTRA que fue contratado por Francisca Giménez para limpiar su patio.
En eso, vio cómo un joven salía de una casa en su auto, y los pitbulls, (una hembra mestiza y un macho de tamaño imponente), salieron también de la vivienda. “Aprovecharon que el portón eléctrico no se cerró por completo aún y se fueron a un baldío cercano”, dijo.
Luis, quien también es conocido por sus dotes de escritor, añadió que poco después vio que dos niños de entre 10 a 12 años, que salieron de la Escuela Defensores del Chaco, se acercaron hacia donde él trabajaba.
Recordó que vio que los perros, con una actitud agresiva, salieron del baldío y comenzaron a mirar fijamente a los peques.
“Ellos no se dieron cuenta del peligro, caminaban despreocupados, pero pillé que les iban a venir”, aseguró. La hembra ladró y miró a su compañero, es como si le hizo la liga para atacar a los niños”, calculó.
No se dieron cuenta de que los perros ya se dirigían a ellos. Ahí, Luis salió de la casa con la máquina encendida y se puso frente a ellos.
“El perro macho vino en nuestra dirección, por suerte los niños no corrieron y se escudaron detrás mío”, comentó.
“Aceleré mi desmalezadora, la apunté hacia el perro y le amagué que le iba a pegar, por suerte se frenó con su hembra”, indicó. Los animales se asustaron y retrocedieron cuando Luis les demostró que no les tenía miedo, y se fueron.