Un sarambi de novela se armó en aguas del río Paraguay, en la Playa-Balneario Municipal de Pilar, entre el sábado y ayer domingo.
Es que, a solo unas horas de que se habilitó, 6 personas fueron heridas por los filosos dientes de palometas. Y, ayer a la tarde, otras dos fueron atacadas por los peces.
El sábado, el presidente Santiago Peña, su lapa Leticia Ocampos, y el vicepresidente Pedro Alliana, recorrieron la playa y se salvaron de ser “masticados” por las palometas al no entrar al agua, según piensa el rollo en la “Perla del Sur”, de Ñeembucú.
Patricia Ayala, una lugareña, estaba en el Hospital de Pilar cuando llegó su amigo y vecino de nombre Roberto, según dijo ayer a EXTRA.
Señaló que el hombre fue mordido en uno de los dedos de su mano por la palometa y que sentía mucho dolor. Dijo que Roberto le contó que estaba en el agua, en la zona habilitada, y que de repente sintió un fuerte dolor en la mano; al sacarla ya vio la herida sangrante.
También, después llegó un docente de la zona, quien sufrió una herida cortante en la mano, al ser atacado por los agresivos pira. Agregó que, luego entraron otros cuatro jóvenes que sufrieron heridas en los pies, de la misma manera.
El miércoles, antes que la playa fuera inaugurada oficialmente, un joven de 16 años, quien es ayudante en un taller de chapería, se metió a las aguas del río a bañarse un rato y acabó con una herida en el dedo gordo del pie izquierdo, según dijo a EXTRA su patrón, ayer.
El señor, quien prefirió no se identificado ya que la persona a quien citó es menor de edad, agregó que el joven terminó perdiendo un pedazo de carne de su dedo. Asimismo, dijo que su secre no fue al hospital. Comentó también que nunca hubo ataques así por allí.
Una versión sobre el ataque de las palometas fue que unas criaturas comieron chipa y dejaron caer los pedazos y así atrajeron a los peces y ocasionaron el guyryry del finde.
Dolor de cabeza para pescadores
Valerio Trinidad, un pescador profesional, dijo que las “palometas”, son ñaro (bravas), y en verano ponen sus huevos en las playadas. Explicó que, estos animales, con solo escuchar ruidos ya atacan y que para los pescadores son un dolor de cabeza, ya que les comen los peces de sus anzuelos. Contó que una vez hicieron cruzar vaquillas por un riacho y ellas fueron víctimas las palometas. Asimismo, dijo que con sus dientes cortan las liñadas más gruesas que hay.