Con los uniformes puestos y a bordo de una patrullera, dos policías supuestamente asaltaron a un delivery en Villa Elisa.
La denuncia fue presentada en la comisaría 13, donde brindan servicio ambos.
Ninfa Insfrán (30), patrona de la víctima, contó a EXTRA que cerca de las 23:00 del lunes último, los agentes lo atajaron cuando regresaba a la lomitería en donde trabaja.
“Él se fue a hacer una entrega a dos cuadras del local. La patrullera estaba recorriendo alrededor del Parque Serenidad, del barrio Villa Bonita (Villa Elisa) y cuando le vieron, le siguieron, apagaron las luces (del vehículo) y le pidieron sus documentos”, contó Insfrán.
Días antes, el muchacho fue asaltado, le robaron el registro de conducir, pero contaba con la hoja de denuncia. Sin embargo, los policías le pidieron que los acompañara. La mujer contó que uno de ellos subió en la moto del chico y le pidió que siga a la patrullera que estacionó en una zona oscura, donde comenzaron a extorsionar.
“Le quitaron la billetera y lo que él traía que era plata suya, G. 50.000; luego le tiraron su billetera y se fueron”, lamentó.
“En una ocasión le dijeron ‘decile a tu patrona que por lo menos nos dé una pizza’, a cambio de que nos den seguridad y que nos dejen en paz”, manifestó.
3 veces lo extorsionaron
Ninfa Insfrán asegura que esta es la tercera vez que el mismo repartidor es atajado por policías. En las otras dos ocasiones no le quitaron nada porque no traía plata consigo.
Intervino Asuntos internos
El comisario Alberto Quiñónez, jefe de la comisaría 13°, dio aviso a Asuntos Internos de la Policía, se puso a disposición y comunicó el hecho al Ministerio Público.
Tienen miedo
Beatriz González Miers, del Sindicato Nacional de Trabajadores en Moto, contó a EXTRA que este tipo de situaciones son muy frecuentes, más en Central, pero los delivery no se animan a denunciar por miedo a represalias.
Los morosos por prestación alimentaria, con antecedentes penales o con problemas de documentaciones son los más coimeados por la Policía, según González Miers.
“El sistema es así: operan de noche, te ven con mochila y se sabe que sos delivery. Como saben que no tenés tiempo, te registran, después te siguen y te agarran cada vez que necesitan plata. La cosa es para la coca; te dicen ‘¿tenés para la coca?’ y lo mínimo que podés dar si querés salir del problema es un G. 50.000”, manifestó.