Miguel Villaba, su novio de hace unos años, la llevó con excusas, haciéndole creer que grabaría un video para hablar sobre el Ykua San Antonio.
Sin embargo, minutos después, sacó un anillo y le preguntó a Alba si quería casarse con él.
Ambos se juraron amor eterno frente al manantial ubicado sobre la avenida principal que lleva el mismo nombre.
“Yo investigué un poco acerca de la tradición, pero en ese entonces ya no tenía agua como para tomar, porque la tradición dice que hay que dar de beber el agua a su pareja. De ahí me agarré para comprometerme con ella”, detalló Miguel a EXTRA.
El sueño de la pareja es casarse frente al ykua, que tiempo después se cerró por una disputa familiar.
“Queremos hacer algo lindo y la idea es casarnos a fin de año. Queremos conseguir que el lugar sea turístico y que se pueda habilitar nuevamente, ese sería el objetivo, ojalá se pueda insistir”, apuntó.
La historia del Ykua San Antonio se remonta al año 1913, tiempo en donde funcionaba uno de los frigoríficos más grandes de la ciudad, donde los hombres de otras ciudades quedaban encantados con la belleza y amabilidad de las sanantonianas.
Como era difícil llegar de visita porque las familias eran muy estrictas, entonces el punto de encuentro era el ykua, donde las mujeres pedían marido al santo casamentero, entonces le daban de tomar el agua a sus pretendientes que tiempo después pedían la mano de su amada.