Con un vestido rosa y saquito negro, Jessica Báez (20) fue a trabajar esa mañana en Santa Rita. Ella estaba como siempre en su puesto, vendiendo sus remedios naturales, con la ropa que eligió para arrancar el día.
En sus redes escribió “Ouffit para vender yuyos”, pero ese detalle empezó a molestar a varias doñas cuando vieron la foto y la trataron de “desubicada”.
A partir de esa imagen, comenzaron los mensajes de mujeres que no le quieren ni ver.
Jessica contó que muchas le escriben para advertirle que no van a mandar a sus maridos porque “se quedan mirando”.
“Muchas chicas prohíben a sus novios comprar de mí”, dijo.
Incluso , Jessica tuvo que suspender TikTok “Jessicatuyuyera” por unos meses porque notó que estaba vendiendo menos. Después se enteró el porqué.
“Las señoras veían que sus parejas venían a comprar de mí el remedio”. Según ella, son “jara pochy” y siempre encuentran motivo para atacarla.
Mientras tanto, ella sigue con su rutina desde temprano, como lo viene haciendo desde hace tres años. Se despierta a las 5:30, pone su música, prepara su mate y arranca. Para las 6:30 ya tiene clientes: albañiles que pasan, agarran su bolsita de hielo y siguen; otros piden el combo completo de tereré por G. 7.000.
“Algunos dicen que vienen a comprar de mí porque soy linda, por mi cuerpo. Pero el punto es también que tengo remedio lindo, variado y fresco”
Jessica trabaja hasta el mediodía y después cruza al comedor de su mamá, donde ayuda como mesera y prepara facturas porque el movimiento es fuerte.
Tiene éxito
Jessica contó que le va muy bien, y por eso le gusta lo que hace.
“Hay días en que gano más que un banquero”. señaló.
Comentó que saca hasta G. 500.000 al día. Ella sola se da sus lujos, se compra su ropa, y sus materiales de la facultad. estudia Contabilidad en la Universidad Nacional del Este. Sin embargo, la gente no cree que ella sola puede.
Jessica es muy atacada por chicas, pero también por hombres que le dicen “facturera” o que tiene “sugar daddy”, cosa que ella niega totalmente.
Atuendos
Jessica contó a EXTRA que la ropa que usa la identifica porque tiene que estar presentable para sus clientes.
“Hay chicas que se visten extravagante y nadie dice nada, pero yo me pongo un saquito y ya soy desubicada”, contó. Un cliente una vez le soltó la frase: “Cuando la luz está muy prendida, los bichitos vienen por la luz”, dando a entender que mientras mejor le va, más le atacan.