Melania Monserrath, de 12 años, fue hallada muerta en la noche de ayer en un área boscosa de la compañía Isla Sakã, distrito de Fulgencio Yegros, en el departamento de Caazapá.
En horas de la tarde, la mamá se percató de la desaparición de la niña. Con ayuda de los vecinos iniciaron una búsqueda que culminó con el hallazgo del cuerpo a solo 200 metros de su casa.
El fiscal interviniente, Carlos Ramírez, confirmó que la menor había sido reportada como desaparecida horas antes.
El cuerpo fue encontrado desnudo, entre unos yuyales.
Hasta el lugar se trasladaron el fiscal, el médico forense y personal de Criminalística para iniciar las diligencias correspondientes. Por tratarse de una zona de difícil acceso, el cuerpo fue llevado hasta el puesto de salud local para una revisión más detallada.
Según el informe forense preliminar, la causa de muerte fue asfixia mecánica por estrangulamiento. Se investiga un presunto abuso sexual; se tomaron muestras para determinarlo.
Detienen a sospechoso
El comisario Marcos Velázquez, jefe de Investigaciones de Caazapá, manifestó que detuvieron a un sospechoso, Marcelo Giménez Duarte (21).
El hombre estuvo preso durante tres años por abusado de la misma niña, en el año 2022. Sin embargo, en mayo de este año fue puesto en libertad condicional.
La mamá de la víctima manifestó que Giménez Duarte las había amenazado.
“Cuando estaba en la cárcel nos mandó a decir que cuando saliera se iba a vengar. Cumplió con su amenaza. Él vive a 200 metros de nuestra casa. Tenía prohibición de acercarse a mi hija”, dijo la madre a 1020 am.
Piden justicia
La vida de una adolescente talentosa se apagó ayer y el conservatorio de música “Sonidos del río Pirapó", donde la nena estudiaba el violín, exige justicia.
El comunicado, cargado de dolor y frustración, dice lo siguiente:
“Con el corazón destrozado y la voz quebrada por el dolor, hoy nos unimos para exigir justicia por el cruel asesinato de nuestra pequeña alumna, estudiante del Conservatorio de Música Sonidos del Río Pirapó. Este hecho atroz no solo ha segado una vida llena de promesas y talento, sino que ha desgarrado el alma de toda una comunidad.
Repudiamos con todas nuestras fuerzas este acto de barbarie. No hay palabras que puedan describir la indignación y la impotencia que sentimos. Una niña, con el futuro en sus manos, ha sido arrebatada de la manera más vil.
Pedimos a las autoridades que actúen con celeridad y contundencia para que este crimen no quede impune. Que se investigue hasta las últimas consecuencias y que los responsables sean llevados ante la justicia y reciban todo el peso de la ley.
Hoy, más que nunca, alzamos nuestra voz desde el Conservatorio de Música Sonidos del Río Pirapó, para que resuene como un himno de reclamo y esperanza”.
