De un día para el otro, Luna, una perrita de un año, empezó a caminar raro. Las patas traseras ya no las podía mover y eso preocupó mucho a su dueño, Wismar Fernández (32).
El lunes estaba bien, pero el martes a la mañana ya ni podía sostenerse.
La llevó al veterinario, pero le dijeron que necesitaba varios estudios costosos. La otra opción que le dieron no le gustó para nada. “Me dijo que lo mejor sería dormirle nomás, porque va a sufrir mucho”. El doctor cree que le pisaron, pero Wismar no comparte esa teoría.
Al volver a casa, supo que Luna no era la única. En el mismo barrio, en San Isidro de Ypané, había otras dos perras con lo mismo; una de ellas incluso murió.
“Una vecina que se dedica a esas sanaciones kuéra, médica ñana, dijo que le tocó el Pombero”, relató Wismar, a EXTRA.
El miércoles, la dueña de otra perrita recurrió a otros métodos. “Todos piensan lo mismo, que fue el Pombero. La vecina le hizo un rezo de 12 palabras y le derramó agua bendita”.
Lo más raro es que en el barrio ya pasaron cosas extrañas. En enero, de madrugada, un ruido fuerte asustó a Luna, que se puso a ladrar sin parar. Esa vez la perrita tuvo mucho miedo, pero ahora, con lo que pasó, Wismar ya no sabe qué pensar.
Luna no se queja y parece que no siente dolor. Incluso, su dueño cree que podría mejorar. En Villa Elisa, otro perro también apareció con los mismos síntomas. Tampoco se puede mover.
El veterinario Raúl Ferreira contó a EXTRA que mucha gente cree que cuando un perro amanece sin poder moverse es por el tumby’a o porque “le tocó el Pombero”.
Sin embargo, explicó que la verdadera causa suele ser el moquillo nervioso, una enfermedad muy contagiosa y mortal para los canes o ehrlichiosis, una enfermedad transmitida por garrapatas.
Contagioso entre perros
Ferreira explicó que el moquillo nervioso se propaga rápidamente y, por su alcance, es casi como una pandemia para los perros. Puede causar la muerte en apenas dos o tres días. La única forma de prevenirlo es con la vacunación, que debe iniciarse a los 45 días de vida.
Advirtió que el virus es muy contagioso. Pasa por contacto entre perros, pero también puede viajar en la ropa o en el calzado de personas que estuvieron en lugares donde hubo animales enfermos.