Como cada 7 de agosto, los católicos celebran el Día de San Cayetano, considerado el patrono del trabajo y del pan. En Paraguay, miles de creyentes le rezan con devoción pidiendo trabajo y comida en la mesa. En su honor, hacen karu guasu y reparten golosinas a los niños.
La Iglesia recuerda a San Cayé en la fecha en que murió, que fue un 7 de agosto de 1547. Según los datos publicados por Aciprensa, San Cayé nació en Italia y pertenecía a una familia adinerada, pero eligió dejarlo todo para ayudar a los pobres.
“Veo a mi Cristo pobre, ¿y yo me atreveré a seguir viviendo como rico? Veo a mi Cristo humillado y despreciado, ¿y seguiré deseando que me rindan honores? Oh, qué ganas siento de llorar al ver que las gentes no sienten deseos de imitar al Redentor Crucificado”, escribió una vez el santo en una de sus cartas, demostrando su entrega total a Cristo.
¿Por qué es considerado patrono del pan y del trabajo?
San Cayetano se ordenó sacerdote a los 33 años y llevó una vida al servicio de los demás, promovió la creación de hospitales, refugios y ayudaba a los más necesitados.
Según Aciprensa, los miembros de su orden solían repartir todos sus bienes entre los más pobres, incluso muchas veces quedaban sin comer.
“Un día, San Cayetano se acercó hasta el altar y dio unos pequeños golpes a la puerta del Sagrario, donde estaban las hostias consagradas, y con mucha confianza le dijo al Señor: “Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer”. Luego de un momento, unos arrieros llegaron hasta el lugar junto con mulas que portaban alimentos, pero no quisieron decir de dónde habían sido enviadas”, dice la publicación.
La imagen del santo siempre lleva una espiga de trigo en la mano, que simboliza el pan que no debe faltar en ninguna casa. Y según cuentan, tras su muerte, empezaron a registrarse milagros en su nombre.
En 1961, el papa Clemente X lo canonizó oficialmente.
Oración a San Cayé
¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!, no permitas que en mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo temporal y humano.
¡Oh glorioso San Cayetano!, Providencia, Providencia, Providencia.
(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.