Once largos años han de aquel último día en que Leónidas Ozuna despidió a su hijita. Idalina debía cumplir con sus obligaciones en la escuela y luego iría junto a su madre. Como generalmente lo hacía, ella salía de la escuela en Ñemby y presurosamente iba al Mercado 4; donde ayudaba a su madre a trabajar. Era un 22 de marzo, la desesperación invadió por completo a doña Leo. Idalina, no llegaba.
Entrada la tarde, regresó a casa pero Idalina tampoco estaba allí. Fueron catorce largos días los que soportó la angustia por volver a ver la niña, hasta que se confirmó el peor final: entre los matorrales de un patio baldío, una vecina de la zona conocida como Capilla del Monte se topó con restos óseos. Casi dos meses más tarde, se confirmó que pertenecían a Idalina.
Pese a los años, el recuerdo de Idalina continúa más vivo que nunca. Cada 6 de abril, doña Leónidas ofrece un almuerzo para los más chiquitos del barrio, en nombre de su angelita. Sin embargo, la comilona no se limita a esa fecha. Se suman también reyes y el día de todos los santos.
“Si Dios permite algún día queremos hacer hogar de niños acá. Logramos la casa ahora”, contó a EXTRA Leónidas. “Idalina róga”, tiene de nombre el sitio que hoy día deja plasmada la historia de la niña en todos los lugareños. “Vienen personas de todos lados a encomendarse, dicen que es muy milagrosa”, afirmó su madre.
En la siesta de ayer, unos 80 niños participaron del almuerzo en el local de Idalina Róga, contó la madre.
Milagrosa niña
Quienes le encomiendan su salud y atribuyen algún que otro milagro a la niña, han levantado en el sitio una pequeño nicho, que hace poco tiempo se convirtió en una casa, que en un futuro buscará albergar niños desamparados.
“Me refugio en los niños”, dijo Leónidas, asegurando que eso la ayuda a que el dolor del recuerdo de lo que le pasó a Idalina no sea tan duro; pues hasta hoy día continúa impune, es decir; no se ha encontrado al culpable de tan macabro crimen.