Caminaba de regreso a casa, como tantas otras veces, cuando de pronto todo se le volvió oscuro.
No gritó, no pidió ayuda. Eligio Cuyurí, de 43 años, quedó inmóvil, sin entender qué pasaba. Terminó atrapado dentro de una alcantarilla, rodeado de barro y agua, solo y desorientado, sin saber cómo había llegado hasta ahí.
Desde la noche del sábado 27 de diciembre, su familia perdió todo rastro suyo en la localidad de Pehuajó de Yaguarón. Eligio había salido cerca de las 18:30 de la tarde rumbo a la despensa de siempre, donde solía ir a comprar algo para la cena y quedarse un rato mirando a la gente.
Varias personas lo vieron volver en dirección a su casa, pero nunca llegó. Desde ese momento, comenzó la desesperación. La búsqueda se centró en la zona entre Yuvyty y Guarapí.
El domingo pasó entero sin novedades y el lunes, cuando ya el cansancio y el miedo pesaban más, ocurrió lo inesperado. Lo encontraron con vida, a unos 1.000 metros de su vivienda, dentro de una alcantarilla por donde todos pasaban, pero nadie lo veía.
Eligio estaba golpeado, muy deshidratado; estaba consciente, pero no lograba explicar qué le había ocurrido.
Su mente se nubló
Hasta ahora no recuerda si se cayó, si se desmayó o cómo terminó ahí abajo. Sus pertenencias estaban intactas: tenía su dinero, sus cosas y hasta su quepis en el bolsillo.
Su hermana, Marce Cuyurí, contó a EXTRA que los vecinos decidieron organizarse por su cuenta. Armaron grupos de WhatsApp, se dividieron por sectores y salieron a buscarlo. Recién cuando otro grupo decidió bajar, lo encontraron dentro de aquel desagüe.
“Nosotros solamente eso ya estábamos pensando, que le llevó el Pombero, porque le estuvimos buscando por todos lados y ninguna respuesta tuvimos, y solo en eso pensamos,”, contó la hermana.
Esperaban lo peor
Dijo que ya daban por hecho lo peor, porque era raro que estuviera tan cerca y nadie lo viera ni lo escuchara pedir auxilio. “Su cara ya estaba cambiada, ya no tenía color”, explicó Marce.
Cuando los vecinos lograron sacarlo, Eligio apenas pudo decir que sentía como si alguien le estuviera atajando, que algo no le dejaba salir, aunque no supo describir de qué se trataba. No habló de caídas ni de golpes. Solo eso. En la zona, según contó su hermana, es común que la gente escuche ruidos, silbidos o voces durante la noche, y muchos lo atribuyen al Karai pyhare.
“Si a alguien no le agrada, él se hace escuchar”, explicó. Aclaró que no conocen otros casos similares en el lugar, pero que esta vez todo fue demasiado extraño.
¿Cómo le sacaron?
unto a los vecinos, también llegaron los Bomberos Voluntarios de Yaguarón, que se ingeniaron como pudieron para sacarlo de ahí. El rescate duró alrededor de media hora. Como no había por dónde bajar bien, improvisaron una escalera de madera y usaron cuerdas para poder alcanzarlo.
Hay muchas dudas
La familia no descarta que el raudal, la lluvia o algún golpe lo hayan dejado inconsciente por horas.
Lo cierto es que Eligio estuvo ahí abajo hasta que los vecinos dieron con él justo a tiempo.
Actualmente sigue internado en el Hospital Regional de Paraguarí. No tiene fracturas, pero sí varios golpes en el cuerpo y una herida importante en la cabeza. Está recibiendo antibióticos y su estado sigue siendo observado, ya que aún se muestra confundido y muy débil, según explicó su hermana.
Para su familia y para todo el barrio, el alivio fue enorme. Después de días de recorrer la zona sin respuestas y de pensar que ya estaba muerto y que solo encontrarían su cuerpo, Eligio volvió a aparecer y vivo.
Muchos vecinos incluso hicieron cadena de oraciones para que Eligio regrese a casa.