Rebeca Montanía (32) denunció el miércoles a la dueña del inquilinato donde vivía en Barrio Obrero porque, según dijo, no la dejaban retirar sus pertenencias alegando que debía el alquiler y facturas de la luz.
Para evitar que se fuera sin pagar, la casera la encerró candadeando los portones.
Ahora, la dueña del inquilinato, Eve Torres, cuenta su versión de la historia.
Según ella, la inquilina dejó varias facturas sin pagar, y además introdujo al lugar al padre de su hijo, a quien acusa de ser drogadicto.
“Fui a advertirle que en mi casa no se consumen sustancias ilícitas, ni se guardan ni se venden. Le dije que en mi casa no lo permito”, comentó.
Torres se quejó de que el hombre subió al techo para colocar un cable de WiFi, rompiendo las tejas, lo que provocó goteras y le costó un arreglo de G. 1.500.000.
Cuando pidió que el hombre se fuera de su casa, la inquilina y sus hermanas la agredieron físicamente.
Denunció que, el día que Rebeca intentó sacar sus cosas, la amenazaron con romper sus portones y hasta el auto de su hermana enferma.
“Vinieron con la policía, que les debía arrestar por lo menos unas horas. Les protegía, y a mí me querían acusar de todo. Creo que tienen la protección de la policía”, señaló.
Finalmente, Rebeca logró sacar todas sus cosas de la casa, con una orden fiscal.
No puede retener
El juez civil José Trovato explicó a Extra que, en estos casos, lo recomendable es dejar ir al inquilino y presentar una denuncia por incumplimiento de contrato ante un juzgado de primera instancia.
“No podés retenerle porque eso es coacción. Es mejor que se vayan y hacer la denuncia con las facturas que avalen la deuda”, explicó.
Los pleitos más comunes:
Según Trovato, el pleito más común es cuando el inquilino, por alguna razón, se niega a abandonar la casa.
“Hay quienes deben el alquiler, entonces el dueño les pide que se vayan. Si hay más de dos meses de atraso en el pago, por ley, el propietario puede solicitar el desalojo”, explicó.
Otro motivo muy común es el incumplimiento de las normas de convivencia, lo que viola el contrato.
“Si están prohibidas las mascotas y vos tenés ahí dos pitbulls, el dueño tiene todo el derecho a pedirte que te vayas”, señaló.
Según el abogado Matías Rivas, también se dan conflictos cuando los dueños intentan cobrar por supuestos daños y retener la garantía. “Si hay humedad en las paredes, no siempre es culpa del inquilino”, dijo.