30 abr. 2025

Está en España y su familia se quedó con todo, denuncia

Compatriota los escrachó en Facebook. Le reclamó a su mamá por un terreno y ella le dijo: “Nos volveremos a ver después de muertas”.

485182242_3429127670557193_1800284508534544449_n.jpg

Aquilina Vázquez vive y trabaja en España desde hace 19 años. Su caso ya puso en manos de un abogado, porque dice tener las pruebas que demuestran que envió mucho dinero.

Facebook

“Quiero que todo el pueblo y el mundo entero sepan qué clase de familia tengo. No tengo vergüenza de desenmascarar a esta gente que son mi madre y mis hermanos”, expresó Aquilina Vázquez (42).

La compatriota, quien los escrachó en Facebook, trabajó casi dos décadas en España; mandaba mensualmente dinero para construir su sueño en Paraguay, y terminó traicionada.

Aquilina contó que volvió al país después de seis años, en un viaje desgarrador: venía a traer los restos de su hermana, que se había quitado la vida en España. Pero el golpe que recibió en Paraguay fue aún más cruel: descubrió que le habían estafado y robado.

“Siempre me han estafado, yo enviaba cantidad de dinero para que me construyera para mi casa y resulta que no me terminaron la casa, se quedaron con todo el dinero”, relató.

Pero la pesadilla no terminó ahí: a los pocos días de su llegada, en enero del 2024, su propia madre la echó a la calle a medianoche, junto a sus dos hijas y su nieto de apenas un año, sin saber a dónde ir. “Mandé dinero para comprar un auto y le dije a mi hermano que lo pusiera a nombre de mi hija. Entonces mi hermano puso a nombre de él. También envié plata para que le comprara una moto a mi hija y él también lo puso a su nombre”, señaló.

La intención era que ambos vehículos sean transferidos a nombre de una de sus hijas, pero su hermano se negó. Ahí le pusieron la cruz.

Aquilina incluso llevó el vehículo aquella vez que la dejaron en la calle, pero cuando volvió a España, su hermano fue hasta la casa de su hija y con custodia policial retiró el auto. Además, cuando ella intentó denunciar a su hermano, él se adelantó y la denunció por hurto, dijo.

Quiebre

La familia se distanció, Aquilina y su madre dejaron de hablar, pero con el tiempo se arreglaron. Esta Semana Santa, el martes 22 de abril, el dolor fue aún mayor. Aquilina se enteró de que su mamá se adueñó de su terreno, en la compañía Jorge Naville, de Mbocayaty, Guairá. Esa fue la gota que colmó el vaso.

La compatriota contó que se enteró de que echaron el alambrado de su terreno y por eso le reclamó a su mamá.

La traición

El terreno estaba a nombre de la señora, pero la plata le mandó Aquilina con el propósito de que también pase a su nombre, pero tampoco ocurrió. “Llamé a mi madre y le dije ‘Dime qué está pasando con mi terreno’, y ella dijo: ‘Ese terreno está a mi nombre, yo te he quitado para regalar a tu hermano. No me vuelvas a llamar y molestarme, porque nos volveremos a ver después de muertas’ y me cortó ”, contó.

Aquilina solo pide justicia y lo que invirtió.