Una joven fue el centro de atención al interpretar a la Virgen de Caacupé, en la celebración del primer día del novenario.
Con un atuendo idéntico al de la Santa Patrona caminó con un grupo de niños hasta el frente de la Basílica y bendijo a todos los fieles.
La obra fue muy emotiva y generó muchos comentarios positivos, pero no faltaron las críticas hacia la representación de Tupãsy Caacupé.
La joven Pamela Espínola (19) fue convocada por el sacerdote Juan Carlos Torres para hacer de la Virgen de Caacupé.
“Buscaban una joven sin miedo al público y pidieron por mí. Ensayamos una semana, de mañana, tarde, incluso en días de lluvia”, dijo al diario Extra.
Pamela señaló que lo más importante era entrar en la piel de la Virgencita azul. “Practicamos las expresiones del rostro, la manera de levantar los brazos, la concentración”, indicó.
Desde chica tuvo el papel de la Virgen María en pesebres vivientes y en Vía Crucis. “No cualquiera podría hacerlo. Estar ahí es muy emocionante y fácilmente te hará llorar. Fue una preparación mental y espiritual grande”, expresó.
Ante la mirada de miles de personas y varias cámaras de televisión mantuvo la calma. “En ese momento no era yo, no era Pamela Espínola, era la Virgen de Caacupé”, apuntó.
Leyó las críticas
La joven está al tanto de todos los comentarios.
“Era imposible no ver los comentarios porque me compartían las fotos y videos en las redes sociales. Creo que cada quien tiene su punto de vista, es fácil caer en las críticas hoy día”, apuntó.
En Facebook muchas mujeres opinaron que debieron dar el papel a una niña y no una mujer adulta. Con vista de águila observaron que la intérprete tenía uñas largas y también cuestionaron su maquillaje.
“Yo me reía de la señoras que se peleaban en Facebook, pero estoy tranquila. No me veo identificada con los memes y sus palabras no me reflejan”, expresó.
La caacupeña incluso habló con dos sacerdotes al respecto.
“El padre Torres me felicitó y le pregunté si vio todos los comentarios. Me dijo: Tranquila nomás, que hablen es bueno”, manifestó. Otro cura le pidió que no tome a pecho lo que se dice en las redes sociales.
Pamela es miembro del Equipo de Liturgia y hace cinco años es parte del Equipo de Lectura en Guaraní, de la Basílica de la Virgen de Caacupé.
“Sentí la presencia del Espíritu Santo”
Pamela sudaba por el calor, los nervios y el traje caliente. Mientras caminaba, el cabello largo y rizado se le pegaba al rostro y le generaba incomodidad, pero cuando terminó de subir las escaleras sintió algo único. “Cuando llegué frente a la Basílica y me di la vuelta hacia el público, sentí una brisa suave en mi vientre y en mi rostro, incluso mandó mi cabello hacia atrás. Me subió un pirí... yo interpreto como la brisa del Espíritu Santo ayudándome a respirar, a seguir”, dijo.