Cuatro motocas de la organización “Jaha Paraguay”, identificados como Joel Chávez, Carlos Ortiz, Antoni Ayala y Dahiana Fariña, fueron rescatados en la madrugada del viernes en pleno Chaco paraguayo, tras vivir momentos de desesperación.
El grupo partió el 3 de septiembre desde Asunción rumbo al Chaco en tres motocicletas con la idea de recorrer la frontera de punta a punta.
La primera parada fue en una estancia de Presidente Hayes. Todo marchaba bien hasta que en el tercer día de viaje, a 5 kilómetros de la ciudad de Joel Estigarribia, una de las llantas traseras explotó en plena noche. Tardaron horas en repararla, pero pudieron seguir.
Lo peor ocurrió ya en la frontera con Bolivia y Argentina, cuando de forma misteriosa las tres motos se fundieron de golpe, dejándolos en el medio de la nada, sin auxilio ni gente cerca.
Los cuatro aventureros no tuvieron más remedio que abandonar sus máquinas de dos ruedas y seguir unos 40 kilómetros a pie durante toda la noche.
Expuestos al peligro
Cada cierto tiempo, el equipo se quedaba un ratito a descansar en el camino prendiendo fogatas para luchar contra el frío y ahuyentar víboras y otros animales. Después de varias horas, ya cansados, con miedo y sed, finalmente lograron encontrar un poco de señal para el celular y se comunicaron con la policía de La Patria, en Boquerón.
Los agentes comunicaron lo ocurrido al Tercer Cuerpo de Ejército 6ª División de Infantería “Yrendague”, quienes montaron un operativo de búsqueda. “Si nosotros decidíamos quedarnos acá, la historia iba a ser otra cosa, porque de este lugar no vas a salir vivo”, dijo con lágrimas en los ojos uno de los aventureros.
“Un milagro”
El destacamento militar “Gabino Mendoza” recibió la orden de buscar a los motocas. Los militares Carmelo Coronel y Alfredo Cuellar fueron a la misión. Partieron del cuartel a la medianoche y tipo las 4 de la madrugada encontraron a los perdidos. “Se encontraban hambrientos, con sed, cansados, deshidratados y desvariantes por falta de agua y exceso de caminata”, detallaron.
Los milicos les dieron agua, comida y primeros auxilios, luego fueron trasladados al Destacamento “General Garay”.
“Para nosotros fue un milagro. Tal vez para los rescatistas sea algo normal, pero para nosotros fueron enviados de Dios”, expresaron los motoaventureros, conmovidos.