Una nueva inspección con aparatos especiales reveló que en algunos muebles, prendas y otros objetos del alquiler donde vivía Dahiana Espinoza con su pareja, Joel Guzmán Amarilla, había sangre humana.
A pedido de la fiscal Daysi Sánchez, se realizó anoche un procedimiento en el marco de la investigación de la desaparición de la joven Dahiana. Profesionales de la Dirección de Laboratorio Forense del Ministerio Público, quienes realizaron el análisis técnico que se llama quimioluminiscencia.
El procedimiento se llevó a cabo en la propiedad de don Juan Espinoza, padre de la joven Dahiana, quien le alquilaba una pieza. Del lugar se incautaron las elementos que activaron al químico.
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Un análisis parecido ya se realizó en marzo pasado, cuando también encontraron rastros de sangre en una bañera que confirmó que el 99,9% era de ella. En los primeros allanamientos, se hallaron restos en un serrucho, un martillo y un hacha, encontrados en una matadería del patrón de Dahiana, César Brítez, en Itá.
Dahiana Espinoza desapareció de su vivienda el 18 de setiembre de 2020.
Para don Espinoza ya no hay tantas esperanzas de encontrarla con vida y se trata de un “evidente caso de feminicidio” y responsabiliza del hecho a Guzmán Amarilla, quien había dicho que sí mató a la joven, pero dio pistas falsas del lugar dónde supuestamente arrojó su cuerpo. El hombre está detenido por seguir siendo el principal sospechoso.
La pareja tiene un hijo de cuatro añitos que pregunta dónde está madre desde hace 221 días.
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