25 oct. 2025

Cuatreros carnearon vaca que era para un rezo final

La familia está muy triste por no poder cumplir la promesa al fallecido.

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Dejaron solo huesos. Los cuatreros carnearon la vaca y solo dejaron las costillas peladas del animal. El último deseo del dueño del animal, era que la comieron en su rezo paha.

Gentileza

Una familia de la comunidad de Yacubó, distrito de San Juan Nepomuceno, en Caazapá, denunció que abigeos robaron una vaca que un familiar fallecido había destinado para un karu guasu durante su novena paha, el rezo final tras su muerte.

Juan Onofre Ruiz Díaz, de 57 años, expresó en su lecho de enfermo su deseo de que, tras su fallecimiento, se realizara una comilona con asado y otras comidas preparadas con su vaca, para que quienes asistieran lo recordaran con cariño y “con la panza llena”.

En el interior del país, es tradición que el último día del novenario, tras los rezos, se sirvan alimentos, golosinas, gaseosas y tabaco a los familiares, amigos y vecinos que acuden a honrar al difunto.

La vaca de Juan Onofre, uno de sus pocos bienes, estaba destinada para el karu guasu.

Él encomendó este deseo a sus parientes, quienes le prometieron cumplirlo.

Ña Nati, hermana de Juan Onofre, relató que el martes pasaron la noche en vela durante el velorio de su hermano.

Al llegar la tarde, acompañaron el féretro en caravana hasta el cementerio zonal para el entierro.

Luego, regresaron a la casa, entristecidos, y prepararon el altar para el rezo del novenario. Agotados por el estrés y la tristeza, todos se quedaron dormidos esa noche.

Los cuervos

A la mañana siguiente, el miércoles, los familiares, dispuestos a cumplir el deseo de Juan Onofre, buscaron la vaca y descubrieron que no estaba en el tambo.

Notaron que los alambres del corral habían sido cortados.

Minutos después, vieron una bandada de cuervos volando hacia el piquete de una vecina, lo que los hizo temer lo peor. Siguieron las huellas de la vaca y encontraron al animal reducido a un montón de huesos, sin nada de carne. La imagen, como muestra la foto, es elocuente.

“Aún estamos de luto, y encima hacen esto. Es una falta de respeto a la memoria de mi hermano”, se lamentó Ña Nati.Cumplir el último deseo de Juan Onofre ahora parece casi imposible, ya que una vaca cuesta entre 3 y 5 millones de guaraníes. Ña Nati explicó que la familia ya invirtió mucho dinero en los gastos del sepelio, lo que les dificulta adquirir otra vaca para la faena.