La noticia la dio días después. Estaba prácticamente en quiebra, porque lo perdió todo en una sola noche en el casino. Entonces, el patrón de un estudio contable de Asunción, desesperado, reunió a sus empleados y les dijo que durante seis meses les descontaría hasta la mitad del salario para cubrir lo que él mismo había perdido apostando.
Enzo, que trabajaba como auxiliar contable, y sus compañeros aceptaron, confiando en que sería algo momentáneo. Pero el tiempo pasó y, cuando llegó el momento de volver a cobrar el sueldo completo, el dueño les dijo que todavía no tenía para pagar y los descuentos continuarían.
Como ya era hendy, Enzo reclamó y su jefe le sugirió que renuncie. Así lo hizo, dejando atrás un trabajo estable. Cuando 15 días después volvió para cobrar la liquidación que le correspondía, otra vez le pidió paciencia. Entonces decidió buscar ayuda del abogado Guillermo López Moreira, y logró cobrar tanto la liquidación como el reajuste salarial por los meses en que cobró por debajo del salario mínimo.
Conformistas
“El caso se inició el año pasado y, como todo juicio laboral, lleva su tiempo. Pero al final se logró que Enzo cobre lo que le correspondía”, explicó López Moreira a EXTRA.
“Lastimosamente mucha gente no se anima a reclamar sus derechos. Especialmente los adultos, los que llevan años en un lugar, ya están cómodos y les da miedo perder el trabajo. Por eso aguantan situaciones que no deberían”.
En este caso, el patrón tenía buena relación con los empleados y les dijo que la reducción salarial era por la situación económica complicada que había quedado tras el casino.
El abogado contó que en Paraguay casos así no son raros. “Saben que podrían reclamar, pero creen que no van a ganar y terminan aceptando cualquier suma, que muchas veces ni siquiera cubre lo que les corresponde realmente”.
En este caso, los descuentos llegaron hasta el 60% de un salario de G.5.800.000, lo que afectaba seriamente a quienes tenían familia. “Te ajustás un tiempo, pero si te piden otra prórroga, ya se complica todo. Tenés que llevar alimentos a tu casa y vivir con tu ahorro”, dijo López Moreira.
No reclamaron
Enzo fue el único que decidió dar el paso y no quedarse callado. Otros compañeros renunciaron después, pero no iniciaron reclamos judiciales. El profesional explicó que en casos de descuentos ilegales lo recomendable es acudir al Ministerio de Trabajo, donde se realiza una mediación entre trabajador y empleador.