Anacleto González Jara (63), más conocido como Cleto, es un verdadero ejemplo de superación y fortaleza. Nació sin sus dos brazos, pero esa condición nunca le impidió desarrollar una vida normal.
El señor vive en Arroyito, límite con Horqueta, Concepción, donde tiene una hermosa huerta y él mismo planta las hortalizas y verduras, riega, cosecha y vende.
Según recuerda, su mamá siempre le decía que la primera cosa que logró sostener con el pie, a los dos años, fue una cuchara. Desde entonces, nada lo detuvo.
“Recuerdo que mi hermana mayor ya se iba a la escuela y veía que escribía, yo demasiado quería aprender a escribir también, entonces practiqué con mi pie hasta dominar la técnica y cuando entré a la escuela, a los 7 años, yo ya sabía escribir y tenía linda letra”, contó orgulloso don Cleto.
Indicó que nunca se sintió menos que los demás; al contrario, la gente siempre lo hizo sentir querido y con un don especial, porque todo lo hacía con sus pies.
“A mí me gusta luego que la gente me mire cuando estoy haciendo algo, me preguntan cómo lo que hago y yo encantando de explicarles”, dijo.
Para llegar al colegio, caminaba 24 km ya que solo en Horqueta tenían habilitado el nivel medio, en ese entonces era 4°, 5° y 6° curso.
Con el tiempo, formó una familia, se casó y tuvo una hija, que ahora tiene 42 años, ya tiene cuatro nietos y también es bisabuelo. Aunque un año y medio después de casarse se separó, supo salir adelante.
Actualmente, vive solo en la casa que era de sus padres y es completamente independiente: lava su ropa, cocina cuando es necesario, se afeita, maneja el celular, escribe, ceba tereré y mate, riega su huerta, se viste solo. No hay actividad que no pueda realizar.
“Me esfuerzo luego para hacer todo yo, así no causo molestias a nadie”, manifestó.