Con gritos de júbilo y pañuelos blancos en alto, ante más de 45.000 almas, María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga, fue beatificada ayer.
La ceremonia presidida por el enviado del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato, robó lágrimas a jóvenes, adultos y a los abuelos que colmaron de fe las gradas del estadio del Club Cerro Porteño.
Por primera vez, una mujer paraguaya es elevada en los altares de la Iglesia Católica. María Felicia Guggiari Echeverría fue beatificada 59 años después de su muerte.
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Pero sin duda, el momento más emotivo de la ceremonia fue cuando descubrieron el rostro de Chiquitunga, plasmado en el imponente retablo, obra del artista Koki Ruiz.
Unos 70.000 rosarios sirvieron para recrear la imagen sonriente, que puede ser considerada única en el mundo. “Se cree que no hay otro retrato, ya sea de santos o beatos, que aparezcan sonriendo”, explicó Vanesa Rivarola, del Arzobispado de Asunción.
Esta teoría fue apoyada por el padre Óscar González, miembro de la organización de la beatificación.
“Puede ser, aunque debemos confirmar, porque el evangelio y la vida cristiana para Chiquitunga eran motivo de gozo en todo tiempo”, señaló el sacerdote.
Pero esta no es la única singularidad de la imagen, ya que la fotografía seleccionada para plasmar su rostro fue tomada siendo ella una laica. Desde el Vaticano aprobaron el retrato que hoy recorre el mundo entero.