El caso de la secta Umbanda en Alto Paraná es mucho peor de lo que se creía. Aparecieron cinco víctimas más del “pai de los santos” de 31 años, quienes sufrieron años de esclavitud, torturas y abusos sexuales bajo el pretexto de rituales religiosos.
Según datos del Ministerio Público, en el 2018, el líder del culto captó a una niña de apenas 12 años y la trasladó a una vivienda en el km 8 Monday de Ciudad del Este.
Allí, la menor era obligada a trabajar como sirvienta, haciendo limpieza y tareas de la casa, y sufría golpes constantes. Vivía encerrada y bajo maltratos permanentes.
La explotación continuó cuando la trasladó a otra vivienda en el Área Habitacional 6 de Hernandarias, donde el infierno continuó.
Fue abusada
En 2019, cuando la niña cumplió 13 años, el líder la violó en la vivienda del km 8 Monday, donde también sufrió diversos maltratos físicos.
Para mantenerla bajo control, el procesado la amenazaba constantemente con matar a ella y a su familia si intentaba escapar o contar lo que estaba viviendo.
La pobre incluso fue golpeaba con ollas de hierro en la cabeza, dejándole heridas que luego fueron confirmadas por un informe médico forense.
La niña vivió años de terror, aislada de su familia y sometida a la voluntad absoluta del líder religioso.
Cuatro hombres obligados a “rituales sexuales”
Pero la menor no fue la única víctima. En diciembre de 2022, el líder captó a un hombre adulto y lo llevó a la vivienda de Hernandarias. Allí, mediante fuerza y amenazas, lo obligó a someterse a actos sexuales durante supuestos rituales religiosos.
Entre 2023 y 2024, captó a otros tres hombres más. A los cuatro los tuvo como esclavos. Uno estaba en la casa de Hernandarias y al otro en un tinglado en Minga Guazú.
A los dos se les prohibía todo contacto con el exterior, no podían usar celulares ni hablar con sus familias, y los obligaba a dormir en el suelo sin colchones ni frazadas.
La fiscalía amplió la imputación
Tras descubrir estos nuevos casos, la fiscala Vivian Andrea Coronel, presentó una ampliación de imputación contra el líder del culto. Los cargos que ahora enfrenta el hombre de 31 años son por abuso sexual en niños, coacción sexual y violación y trata de personas.
Ya suman 11 víctimas
El escándalo salió a la luz el 10 de julio pasado, cuando la Fiscalía realizó el primer allanamiento en una propiedad del kilómetro 14 Acaray, en Minga Guazú, tras recibir denuncias ciudadanas sobre actividades sospechosas en el lugar.
En ese operativo se rescataron a una niña de 3 años y un adolescente de 15, quienes vivían en condiciones precarias y de hacinamiento. El líder del culto fue detenido inmediatamente.
Días después, el 14 de julio, aparecieron cuatro nuevas víctimas menores de edad que también habían sufrido abusos dentro del mismo grupo. Todas provenían de diferentes partes del país.