Pareciera ser que la tierra se tragó al empresario Wenceslao Benoit (77), desaparecido desde el 31 de julio en el Parque Nacional Cerro León, en el Chaco paraguayo.
Ayer no encontraron ni pistas de él, tras una intensa búsqueda con militares, dos aeronaves, uno Tucano y un Cessna 206, canes especializados, bomberos de Puerto Iguazú Argentina, policías, personales del Mades y nativos de pueblos originarios de la parcialidad Ayoreo.
Mónica Coronel, esposa de Wenceslao, contó que un cacique se contactó con ella y le dijo que quizá su marido está bajo resguardo de alguna etnia. El único autorizado para entrar ahí es el nativo, quien ya ingresó en la zona, aseguró.
“Hay que estar bien con los Ayoreos porque ahí también están los Moros y ellos no son civilizados”, dijo Mónica.
Al respecto, la Asociación Guidai y Ducodegosode Ayoreo de Paraguay (AGDAP) comunicó que están preocupados por el ingreso indiscriminado de personas blancas en el área protegida, donde está el hogar de los parientes ayoreos en aislamiento voluntario.
La entrada de personas ajenas a estas zonas pone en peligro tanto a los visitantes como a los propios nativos, que tienen el derecho a la autodeterminación y a no ser contactados.
Por esta razón, pidieron ser incluidos en la búsqueda del Benoit para sean ellos los que entren junto a las etnias.
El comisario Ramón Escobar, director Policial de Boquerón, señaló que cuentan con la colaboración de los indígenas.
Así fue el trato
La doña del empresario argentino que alquila 4 x 4 para expediciones en el Chaco contó que a través de un taxista, el belga contactó con Wenceslao para conocer las etnias.
El trato con el turista consistía en un pago de G.10 millones, el belga Raphael Gibon debía pagar como una seña de G. 5 millones, el día en que Benoit desapareció, Mónica comprobó que la transacción no se realizó.
Ella cree que Wenceslao y el turista se pelearon en la expedición porque él quería avanzar hacia las etnias.