06 may. 2025

Alumna guapa vende hamburguesas en su casa para comprar sus útiles escolares

Su madre es ama de casa, su papá carpintero. La niña quiere tener su plata para los trabajos prácticos y proyectos. Recibe todo el apoyo de sus padres.

laniña.jpg

Chiara preparando sus ricas hamburguesas (izquierda) La estudiante abanderada junto a su mamá y papá (derecha).

Gentileza.

Emocionada por cursar el 8° grado, Chiara, de 12 años, abrió su propio negocio para comprarse sus útiles escolares.

A los 46 años, doña María Luisa Colmán, dio a luz a Chiara, la última de sus cinco hijos. Decidió dejar la docencia para ser ama de casa y cuidar de su princesa.

El marido es carpintero y, apesar que trabaja bien, también tiene enfermedades propias de la edad.

“A mi hija no le falta nada, pero ella no quiere esperar a que su papá cobre sus trabajos para comprar sus cosas de a poco”, dijo ña María.

La nena quiso emprender con la venta de hamburguesas el año pasado, pero sus hermanos le dijeron que no era necesario.

Le prometieron que se encargarían de comprar todo lo que necesite. Sin embargo, a ella le da pena pedirles dinero.

Desde pequeña demostró que sería muy independiente. “Es muy guapa. Desde chica hizo todo conmigo: sopa, chipa, le encanta cocinar”, indicó la doña.

Así se decidió a vender las hamburguesas en la vereda de su casa, en San Antonio.

“Le compramos todo para que inicie y ahora de su ganancia ya compra sus mercaderías”, apuntó la mamá.

Al mediodía van al mercado en busca de la materia prima. A la tarde, la niña instala su mesita junto a un cartel que dice: “Hamburguesa más un vaso de gaseosa a G. 10.000”.

Sus ricas hamburguesas son un éxito en su vecindario. Las ventas la emocionan y Chiara ya sueña en grande.

Kit no es suficiente

María Luisa señaló que el kit escolar ayuda mucho, pero tiene lo básico.

Manifestó que se gasta mucho dinero en los trabajos prácticos y proyectos escolares. Ni qué decir en los uniformes, mochila y calzados.

“Compramos muchas carpetas, hojas blancas y con rayas, pinceles de colores, cartulinas, isopor, piden forros de distintos colores para cada materia”, apuntó.

El negocio de Chiara está viento en popa. Su sueño es ser contadora y ya se anda ensayando.

“Yo y mi marido cocinamos. No quiero que se queme con la plancha caliente. Ella arma las hamburguesas y se encarga de la plata”, agregó la orgullosa madre.