06 may. 2024

Vecinos cuentan cómo sobreviven a ruidos molestos de los farristas

Duermen en hoteles, casa de familiares o cambian de rutina de sueño. Aguardan justicia igual que caso del bar “Moe” condenado por barrullento.

farra en edificio.jpg

Imágenes del sábado último, una de las discotecas del Paseo Los Árboles, los vecinos reportaron alto volumen de la música.

Gentileza

Después de la inédita condena a César Campiz Leguizamón, dueño del bar Moe, ubicado en la calle Guyra Campana y Tte. López, del barrio San Pablo de Asunción, varios grupos vecinales tienen la esperanza de conseguir dormir en paz, pero mientras tanto, se las ingenian para conseguirlo.

1. Jubilación forzada por no descansar

Una jubilación forzada “por paz mental” tuvo la señora Ivette de Lobatti, una docente universitaria de 63 años.

La señora abandonó las aulas debido a que no podía descansar mientras atravesaba problemas de salud. Su casa queda justo detrás del Paseo Los Árboles, que queda sobre la calle San Martín de Asunción, donde se encuentran dos discotecas, una “a cielo abierto”, llamado D’Lirio y el otro, Roulette.

Música fuerte en Paseo Los Árboles.mp4

“Me tuve que ir a dormir en la casa de mi mamá por un tiempo. El día que decidí jubilarme fue porque mi mente se quedó en blanco frente a la clase. Todo por no descansar bien”, lamentó.

La profe volvió a su barrio después de ser “desterrada” de su propio hogar, porque parecía que el volumen de los potentes parlantes había disminuido. “Pero hace tres fines de semana volvieron con todo. La zona se volvió muy insegura. Estoy poniendo cámaras en mi casa porque hay robos, peleas callejeras, terrible”, lamentó.

Un grupo de vecinos hicieron la denuncia ante la Fiscalía.

2. Dormía en hoteles

Lizzie González Crosa contó que durante el 2021-2022, sufrieron muchísimo por el ruido del bar Budapest (Senador Long 749 entre Lillo y Tte. Vera, en el barrio Carmelitas). Realizaron la denuncia, presentaron pruebas de los decibeles que sobrepasaban lo permitido y ahora el caso se encuentra estancado.

El pasado jueves 18 de abril se suspendió la audiencia que tenían contra el dueño, Diego Sánchez. Si bien el bar ya cerró, la cuadra sigue teniendo polución.

“El mismo señor puso una parrillada y sacan todas las sillas a la calle. Sacan parlantes y a todo volumen, lo mismo de siempre”, dijo.

Recordó que cuando el bar funcionaba denunciado, tenían que buscar refugio en los hoteles para poder descansar, ya que tenían hijos pequeños. “Ninguno de los que estamos en el barrio volvió a su vida normal. Nos robaron la vida”, expresó.

3. Se le cae el pelo

González Crosa contó además, que una de las vecinas contiguas al bar denunciado quedó con secuelas. “Hay una señora que se le cae el pelo después de soportar noches y noches sin dormir. Queremos que se haga justicia”, indicó.

4. Cambió su hora de dormir

Sylvia Villalba, vecina de las calles Defensores del Chaco y Fortín Arce,, de San Lorenzo, donde se encuentran tres bares, uno casi frente al otro, contó que por tres años denunciaron varias veces a los locales, hasta que dos de ellos, imputación de por medio, instalaron aislamiento acústico en sus locales. Se trata del Puerto Chop y La Pachanga.

“Con el aislamiento acústico se puede decir que se redujo un 60% del ruido. Realmente es muchísimo menos de lo que veníamos soportando, pero hay días, hay eventos en los que la música sobrepasa el aislamiento. En una ocasión hicieron peña en el patio, que es al aire libre. Ese día estuvieron hasta las primeras horas de la mañana sin dejar dormir a los vecinos”, indicó.

Música fuerte en San Lorenzo.mp4

Contó que una vecina, ya adulta mayor, en los años en que había mucho ruido, cambió su rutina de sueño. Dormía en las horas de la mañana o tarde y se quedaba despierta a la noche. “Todos tuvimos algún tipo de desgaste físico por todo el tiempo que no se pudo descansar bien”, aseguró.