La cuarentena obligó a que las modelos se ingeniaran para poder subsistir durante estos 4 meses donde los eventos cesaron.
Karen Insfrán recientemente anunció que está haciendo una feria de ropas donde vende prendas usadas a muy bajo costo para tener un ingreso.
“Estoy quitando no sé cuántas bolsas de ropas que ya no uso. Estoy vendiendo súper barato al menor costo posible para vender rápido, hay algunos vestidos que cuestan más porque son largos”, dijo a EXTRA.
La cuerona contó que a partir de 20.000 guaraníes las chicas ya pueden adquirir alguna prenda.
“Muy barato pueden encontrar los crop tops. Pueden venir a San Isidro casi Julio Correa, Lambaré, dúplex 10”, indicó.
Reinventarse
Toda la situación que supone la pandemia de coronavirus hizo que las chicas pensaran en alternativas y reinventarse.
Por ejemplo Rosy Alderete comenzó vendiendo tapabocas, pero aseguró que la venta ahora bajó muchísimo y se vio obligada a pensar en otras alternativas y quiere vender hasta sus tanguitas si es necesario.
“La gente ya no quiere usar los tapabocas, ya nadie cree en el virus”, dijo.
Entonces ahora ella le está ayudando a Héctor Ramos y hace delivery de sus famosas marineras. “Es un buen extra también el delivery de la marinera. Estamos a full con la venta que cada jueves arranca”, comentó.
Confesó que sintió desesperación cuando veía que todo estaba parado. “Allá en casa de mis padres me desesperé porque como se sabe todo esta parado y hasta el ao po’i no es más exportado. Estoy también analizando la posibilidad de vender mis ropas, tengo tangas que son alucinantes”, señaló.
Usó sus ahorros
Mientras tanto Jessica Romero contó que durante esta cuarentena usó unos ahorros que tenía para emergencias y ahora vende tortitas en el gimnasio donde trabaja.
“La verdad que tengo ahorros para emergencia y los usé súper bien, y ahora estoy vendiendo tortitas de avena y me va súper bien gracias a Dios hasta hoy en día”, señaló.
Vende pohã ñana
La modelo publicitaria Alba Acosta abrió un puesto de venta de remedios yuyos frente a su casa. “Cuando empezó la pandemia me quedé sin trabajo por dos semanas por ahí y comencé a buscar algo para hacer y vi que en mi barrio no había ningún puesto de yuyos y entonces dije: voy a intentar y así fue como empecé”, dijo.
Por las noches vende churrascos griegos frente a su casa en Ciudad del Este.