Un hombre se cansó de que religiosamente entren a robarle en su casa, en horas de la madrugada, y decidió hacer una trampa para pararles el carro a los ladrones.
El señor se ingenió y fabricó una escopeta casera, con un cartucho, al que le puso un percutor. Ya en horas de la noche del lunes colocó el arma, en un lugar donde no se la veía.
El mboka ñuha (arma con trampa) apuntaba directo a un señuelo que era una garrafa. Luego, ató una piola de unos 30 metros de largo al gatillo del arma. Después rodeó la soga por la zona, por donde los ladrones podían meterse a su patio.
Tras revisar por última vez que la trampa estaba a pedir de boca, se acostó a esperar que el delincuente aparezca, se tropiece con la soga para que el arma se dispare y así se lleve el susto de su vida.
Lo que el “inventor” no esperó es que el tiro de su escopeta casera impacte de lleno en la pierna izquierda del sospechoso y lo mande directo al hospital. Ocurrió cerca de las 0.30 de la mañana de ayer, en la Villa San Juan de la ciudad de Isla Pucú, en el departamento de Cordillera
De acuerdo a lo informado a EXTRA por el comisario Raúl Fariña, el supuesto ladrón fue identificado como Rafael Coronel Aguayo, de 23 años, quien tiene antecedentes por hurto.
Bien planeado
El comisario Fariña explicó que el dueño de casa calculó bien la altura a la que iba a colocar el arma, ya que su idea era que si se disparaba su balín impacte en la zona de la pierna. Sostuvo que el cálculo fue perfecto, porque la bala dio en la pierna del marginal.
El ladrón ya se había apoderado de una garrafa cuando cayó en la trampa casera El oficial sostuvo que la Fiscalía dispuso su detención y que se quede con vigilancia policial.
También, aseguró que el Ministerio Público, no tomó aún una determinación contra el dueño de casa, ya que no ninguna orden de detención.
Se negaron
El herido debía ser operado y los médicos pidieron que los familiares autoricen la cirugía.
Policías fueron hasta la casa 3 veces y recibieron la misma respuesta de los parientes: “orekuerái chugui, norohomoái” (estamos hartos de él, no iremos), según el comisario Raúl Fariña.