A medida que pasaban las horas, los pedidos eran cada vez más extraños y tenebrosos.
Lo último que pidió fue un encendedor y nafta, para intentar quemar un arma de fuego con la cual supuestamente asesinó a dos personas, según le dijo a una de las empleadas de un motel, ubicado en el barrio Santa Lucía de Villarrica (Guairá).
El domingo último, Juan Sebastián G. B (21) llegó a bordo de una moto hasta el hospedaje. Sobre sus hombros cargaba una mochila azul; él parecía ser una persona normal.
Sin embargo, comenzó a quejarse de todo, hasta que una de las empleadas se acercó hasta la habitación y se ganó su confianza.
“Entró a las 8:30 a 9:00, no estaba de turno y una de mis compañeras me llamó y me dijo que entró un muchacho y dijo que la tele no funciona, que no encuentra la tapa del jacuzzi, era muy problemático”, contó
Media hora después pidió un consolador y la cuenta, cuyo monto alcanzó G. 315.000, pero cuando estaba a punto de salir, dijo que se quería quedar por más tiempo.
Ahí empezó de vuelta a “molestar”, llamaba a cada rato, preguntaba por la clave del WiFi, incluso pidió que le carguen saldo por G. 20.000, según contó la señorita.
El muchacho le dio G. 50.000 y le dijo que se quedara con el resto del dinero, como pago de propina.
Luego pidió comida, pero como allí no cuentan con ese servicio, pidió leche, e insistió que la joven se acerque hasta la habitación.
“Cuando le pasé la leche, me dijo que quería hablar conmigo, y yo pensé que quería acostarse conmigo”, dijo.
Pero en realidad, Juan estaba ansioso por mostrarle lo que tenía en el interior de aquella mochila azul.
“Me dijo ‘hice una cosa muy fea y ya no aguanto más, no me dejes acá, porque me va a pasar algo. Me mostró una pistola y dijo que le mató a dos muchachos en San Pedro”, detalló.
El supuesto sicario contó que supuestamente le pagaron G. 3.000.000 por uno de ellos y G. 12.000.000 por el otro, por esa razón quería deshacerse de la evidencia, o sea del arma de fuego.
La chica contó que el cliente le ofreció primeramente G. 1.000.000, luego G. 2.000.000 para que ella lo cuide, pero luego le ofreció G. 3.500.000 a cambio de que ella lo acompañara hasta Caazapá, de donde el joven es oriundo.
Sin embargo, la trabajadora le explicó que eso sería imposible, porque la iban a despedir.
No se sabe nada de los asesinados
La empleada contó a EXTRA que Juan Sebastián tenía mucha plata en su cuenta de banco, incluso él le mostró, cuando intentó convencerla que se vaya con él. Solo esperaba que llegue un tal Carlos, su secretario.
El oficial Luis Sosa, jefe de la comisaría 32a. señaló que el joven aparentemente estaba bajo los efectos de alguna sustancia, porque la Policía averiguó y hasta la fecha no manejan ninguna información sobre el asesinato de dichas personas.
Salió para destruir la evidencia
Juan Sebastián permaneció en el lugar hasta cerca de las 20:00, hasta que la empleada llamó a un conocido, quien comunicó el hecho a la Policía.
El cliente abandonó el motel, pero con la intención de tirar el arma al río; sin embargo, los agentes de la comisaría 32ª lograron detenerlo, encontrando en su poder 53,7 gramos de presunta cocaína.
El oficial Luis Sosa manifestó a EXTRA que además de la droga, solo se encontró el consolador, el celu del cliente y otras pertenencias.