Amante del fútbol, la carne y el calor, el embajador británico Ramin Navai se siente como en casa desde que arribó al país hace tres meses.
“Yo vi Paraguay y fue mi primera opción”, recuerda sobre cuando salió el llamado para nuevos puestos diplomáticos. “Fue una curiosidad profesional, por no conocer mucho”, explica.
Quedó asombrado con la identidad, la naturaleza, la comida y la historia, que va aprendiendo poco a poco y ya no solo de los libros.
“La gente tan especial me impactó mucho, y no estoy hablando de gente que sepa que soy embajador”, menciona Navai en exclusiva a EXTRA.
Probando varias comidas típicas, se hizo del “equipo chipa guasu”. Le cautivó el sabor del asadito de chancho del Mercado 4 y le gusta acompañar el cocido con bollos.
“Me fascinó la cultura sobre el tereré; fui al Tereré Literario y me dio mucha emoción cuando UNESCO la nombró como patrimonio de la humanidad”, expresa el embajador.
Por la pandemia, hasta ahora solo pudo recorrer Asunción y alrededores, pero está en sus planes empezar pronto a visitar más ciudades. Su propósito es conocer a la gente de los 17 departamentos.
En ese sentido, prefiere manejarse solo: “En mi caso me gusta hacer las cosas sin guía, como gente normal, me siento más cómodo. Yo fui al mercado 4 en Uber, aunque debí haber ido en bus”, cuenta.
“Mba’éichapa” y “che vare’a” son sus primeras expresiones en guaraní.
Cauteloso, se niega (todavía) a elegir un club de fútbol, pero está ansioso por ir a la cancha cuando se habiliten los partidos con público.
Nuevos aires
Aunque acumula unos 18 años de carrera diplomática, es su primera vez como embajador. Antes trabajaba en asuntos de seguridad contra el narcotráfico y contra el terrorismo.
“Es una lucha complicada y hay cosas que no estamos solucionando como una comunidad internacional (...) Acá, si hablo con un joven que va a ir a estudiar (a Reino Unido) siento que he logrado algo, si hay una empresa que invierte acá, si más paraguayos apoyan mi equipo de Arsenal... he logrado algo”, expresa. Considera que las cosas que puede realizar en su nuevo cargo son más “reales”.
Por lo anterior, también es la primera vez que usa redes sociales. En Twitter, la gente le recomienda lugares para visitar, comidas, le habla de fútbol, etc. Inclusive, una doña le dijo que quería ser su suegra.
Entre risas recuerda esa anécdota: “Estuve en contacto con la señora después, ya que me sentí muy mal porque hubo personas que la molestaron un poquito porque ella estaba bromeando y yo también estaba bromeando, es muy importante reírse en la vida”.
Todos los cumplidos los agradece: “Si vienen de mujeres u hombres estoy feliz, porque es algo bueno, pero tal vez mi esposa piense algo diferente” , bromea.
“Me encanta poder tener esa relación con el pueblo paraguayo, también por la pandemia es más difícil salir a conocer gente”, agrega el diplomático.
Sus líneas de trabajo son las relaciones comerciales, la educación, la lucha contra el cambio climático, contra la COVID-19, la cooperación técnica para los derechos humanos, resaltando la libertad de prensa, los derechos de la comunidad LGTB+ y las acciones de la sociedad civil.
El embajador
Ramin Navai tiene 42 años. Nació en Londres, pero sus padres son de Persia. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Leeds y empezó su carrera diplomática a los 24 años.
El único empleo que tuvo antes de eso fue atender en un videoclub. “Me pagaban tan poco pero lo disfruté muchísimo, me pasaba viendo películas”, recuerda.
Ama la astrofísica y el cine, y antes de venir a Paraguay vio la película Las Herederas, de Marcelo Martinessi. En sus ratos libres, sale a caminar o juega tenis.
Vino a Paraguay con su esposa y hace poco llegaron su madre y su hermana para conocer la tierra guaraní.