Se puede decir que la odisea de don Cristino Miranda ya comenzó desde que no pudo encontrar asistencia especializada en su comunidad para su anciana madre, María Juana Roy, en Puerto Diana (Bahía Negra), por lo que emprendió un largo viaje hasta Concepción.
En el Hospital Regional se le diagnosticó muerte cerebral luego de una caída. El miércoles a la noche no aguantó y falleció. Con el dolor a cuestas, don Miranda; de la comunidad indígena Ishir, pidió ayuda como pudo ya que no domina la lengua castellana.
Con una camioneta de la Gobernación del primer departamento comenzaron el viaje hasta la localidad de Tres Cerros, Vallemí, unos 183,4 km, equivalente a dos horas.
Ruth Argaña, líder indígena Ishir contó a EXTRA que la familia subió a una lancha hasta Puerto Casado, si bien la distancia es de apenas 1 kilómetro atravesando el río, esperaron a la ambulancia que venía de Bahía Negra por varias horas. Llegó al mediodía, pero la lluvia hizo el viaje muy complicado.
“Don Cristino me dijo que el chofer tenía miedo de partir por el tiempo, después de cuatro horas salieron. Cada tanto se bajaban para limpiar la rueda del barro”, relató Argaña.
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A la noche, la ambulancia arribó hasta Toro Pampa. Allí, don Cristino, su esposa y su hijo de 6 años durmieron en la comisaría. A primeras horas del viernes, el vehículo ya no pudo avanzar, ya que el tramo a Bahía Negra se encontraba intransitable.
“El cuerpo comenzaba a tener olor, según el chofer. Y con el camino feo decidió no seguir”, relató la joven.
Alquilaron otra camioneta para trasladar el féretro. Viajaron hasta Fuerte Olimpo, distante a unos 65 kilómetros por tierra y luego siguieron en lancha para llegar a Bahía Negra, otro viaje de tres horas. Al final pudieron despedir a la hermana espiritual después de tres días de viaje. “Preparamos el funeral. Acá hay una costumbre muy fuerte. Es un dolor compartido, todos lloramos la pérdida de una familia.
Sin caminos de todo tiempo
Ruth se mostró muy dolida luego de la viralización de la imagen de don Cristino con el ataúd de su madre anciana. “No sé quién sacó esa foto. En vez de ayudar. Era el cajón de una humana, de nuestra hermana. Quiero aclarar que no estaba abandonado. Se hizo cargo el Indi, las gobernaciones, el intendente de Bahía Negra (João Ferreira Paya), también movimos contactos y fuimos en busca de nuestros paisanos. Acá el único problema es el camino”, dijo.
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