El futbolista de Olimpia siempre ayudó a su pueblo.
De media cancha. Sin lugar a dudas, esto representa un verdadero golazo en la vida de Néstor, de esos que no olvidará. Porque ser campeón dentro del terreno de juego no bastaba, el futbolista de Olimpia, Néstor Camacho, sumó una nueva gloria a su palmarés, esta vez lo hizo siendo profeta en su tierra.
Sus logros se extienden fuera de la cancha. En un acto realizado en su querida Villa Florida, la Municipalidad lo declaró hijo dilecto, por intermedio de nada más y nada menos que el intendente Michel Flores.
14 tantos hizo el zurdo en el Apertura, donde terminó como goleador. Esto no es más que producto de los diversos aportes que hizo Néstor a su comunidad, como por ejemplo la vez en que colaboró con los uniformes para los niños Steven Mora (categoría 2005) y Pablo Leiva (categoría 2007) pertenecientes a la escuela de fútbol del club Silvio Pettirossi, quienes no tenían equipos para ir a participar de un torneo a la capital de Argentina. Pero eso quedó atrás cuando apareció el goleador, que donó las equipaciones en esa ocasión.
“Mi cariño y respeto a toda la gente de esta hermosa ciudad”, Néstor Camacho, futbolista de Olimpia. Por estas cosas y más, es que apenas puso un pie en su pueblo originario luego de ganar el Apertura con el Decano, fue recibido por una multitud que realizó una merecida caravana hasta su hogar.
Todas estas cosas sumaron para que la Junta Municipal de Villa Florida haya dado el visto bueno a la petición presentada por el concejal Rubén Ochipinti. De igual modo, la resolución fue firmada por Julio Saucedo (titular de la Junta) y el intendente Flores.
El jefe comunal adjuntó que el jugador siempre ayudó a su comunidad en el área social, cosa que es imposible desmentir, más aún teniendo en cuenta que ambos fueron compañeros en la época de la escuela.
No podía ser otra
Sobre este tema, Camacho no ocultó su felicidad. “Agradecido con la Municipalidad de Villa Florida por esta distinción, mi cariño y respeto a toda la gente de esta hermosa ciudad”, fueron las palabras del macho decano.