Soy Fer, tengo 37 años y estoy agotado. Mi señora también tiene 37 y hace años venimos intentando tener un hijo, pero no se nos da. Yo tengo problemas de fertilidad y, aunque nunca pensé que esto me pasaría, es nuestra realidad.
Lo peor no son los estudios ni los tratamientos, sino todo lo que se genera alrededor: los comentarios de la gente, las miradas, la presión constante.
“¿Para cuándo el bebé?”, “ya es hora”, “no dejen pasar el tiempo”… nadie sabe lo que pasa de verdad puertas adentro y esas preguntas me funden más emocionalmente, más aún a mi señora.
Y eso nos hace pelear. No pasa un solo día que no tengamos una discusión por eso o por otra cosa, pero todo tiene su raíz en lo estresados que estamos por esa situación.
Cada intento frustrado, cada comentario molesto, cada expectativa que no se cumple, se acumula y explota entre nosotros.
Yo siento culpa, impotencia y rabia al mismo tiempo, y ella explota de tristeza y frustración.
Terminar durmiendo enojados se volvió más común de lo que quisiera. Hay días que me miro en el espejo y pienso: “¿por qué nos está pasando esto?”.
Aunque nos queremos nos cuesta estar tranqui o reaccionar pacíficamente.
A veces nos encerramos en silencio, evitando hablar, porque sabemos que cualquier palabra puede ser motivo de pelea.
Otras veces discutimos por cualquier otra cosa, pero que en realidad son reflejos del dolor que sentimos por no poder ser padres todavía.
Lo más duro es que nadie entiende. La gente habla como si tuviéramos la obligación de traer un hijo al mundo, sin imaginar todo lo que estamos atravesando.
Rota
No saben cuánto duele mirar a tu pareja y ver que también está rota, que se siente sola aunque estén juntos. Pese a todo, seguimos intentando.
Hace poco decidimos poner límites: quien pregunta de más, recibe un “es un tema nuestro”. Ya no justificamos nada, ya no soportamos comentarios que hieren.
Sí tengo miedo de que todo esto desgaste la relación. La vedad que los médicos parecen no saber realmente cuál es el verdadero problema conmigo.
Me dicen que con tratamiento se puede lograr, pero por más tratamientos que hagamos no se logra.
No quiero condenar a mi esposa a no ser mamá solo porque yo no puedo ¿Qué me aconseja?
La respuesta: