Hola al equipo de Consultorio del Amor. Soy Renata. Les agradezco mucho por poder leer mi historia. La verdad que estoy un poco desorientada, no sé cómo solucionar mi drama.
Acá en mi ciudad se aplica al pie de la letra ese dicho que dice “pueblo chico, infierno grande”. Vivo en un barrio tranquilo, donde todos nos conocemos y cualquier cosa que pasa se sabe. Pero hay cosas que no se dicen. O no se animan a decir. Hasta ahora.
Yo tengo 43 años, soy madre de dos hijos grandes ya, y tengo una vecina de enfrente que es como mi hermana del alma.
Tiene 37 años, dos criaturas que van a la escuela y un marido que, sinceramente, cae bien a todos: atento, buen mozo, comerciante. Siempre está arreglado, simpático, todo un caballero. O eso pensábamos.
Resulta que a media cuadra de nuestras casas vive otra vecina, con un nene que es compañerito de escuela del hijo menor de mi amiga.
Delegadas
Ellas se conocen porque son como delegadas de la escuela, tienen reuniones, actividades, cosas del colegio. Se llevan bien, pero no son íntimas. Yo la conozco de vista nomás, no es que se junta con nosotras ni nada.
Hace tiempo que me parecía raro algo. Cada vez que mi amiga salía a trabajar o iba al súper, esta vecina aparecía como quien no quiere la cosa en su casa. “Voy a llevarle algo de la escuela”, decía.
Pero lo que nadie sabía es que iba cuando solo estaba el marido. ¡Y con su hijo, encima, como pantalla!
Una amiga en común me mostró mensajes. Vi cosas que no puedo ni repetir.
Pero lo que es seguro es que ahí, entre esos dos, está pasando algo más que amistad.
Escondidas
Sé que se ven a escondidas. Sé que cuando mi amiga no está, esa mujer aparece, y se mete en su casa como dueña de todo. Me hierve la sangre.
Siento que mi amiga está viviendo una mentira mientras otros dos se burlan de su confianza.
Me estoy comiendo este secreto sola, y me duele. Porque ella es buena, de esas que siempre ayudan, que presta el hombro a todos. Y no se merece esto. No sé si decirle o no. No quiero ser la que destruya una familia, pero tampoco puedo ser cómplice de este engaño.
Me parece lo más justo que ella sepa lo que está pasando, pero pienso también en todo lo que esto podrá traer como consecuencia.
Entiendo que soy solo la vecina, pero ¿acaso no tengo un grado de responsabilidad al ser ella mi amiga? ¿Acaso esto no es apañar algo injusto?
La respuesta: