12 dic. 2025

“Mi marido no me quiere llevar al gym con él y pillé por qué”

Mariel contó que su pareja le entrena a “amigas” y ella cree que son sus “levantes”.

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man and woman friends on sport gym relaxed

Ilustración

Hola diario EXTRA, soy Mariel, tengo 33 años. Suelo leer las historias que publican y ahora me animo a contar la mía. Le escribo porque ya no sé si estoy pensando de más o si realmente debo preocuparme.

Soy una mujer casada hace varios años, y mi marido siempre fue fanático del gym, tanto así que incluso entrenó para ser entrenador y hacer él mismo sus propios entrenamientos.

Todos los días va, sí o sí. Hasta ahí todo bien. Pero hace un tiempo está medio rarito conmigo. Su forma de actuar no es la misma.

Un día de estos vi su celular en la cama, y de onda nomás abrí su Instagram. Ahí me encontré con la sorpresa. Vi la historia en la que le mencionaron, pero que él por cierto no publicó, dejó nomás ahí, donde se le veía él entrenando a sus compañeras, según él sus amigas.

Ahí ya me subió una rabia porque yo hace tiempo que le vengo diciendo que quería entrenar con él, porque él pues sabe todo como es el tema, y me salía con el cuento debía ir a otro gimnasio, porque para él es pelada ir conmigo, que su esposa le siga hasta en el gimnasio, es pelada.

Conquistas

Y yo pensaba que era por mis celos, pero ahora ya entendí todito, yo le estorbaba en la cancha de sus conquistas, él seguro que quería levantar y de mí no iba a poder. Él antes era mujeriego, y se supone que cambió con una crisis que tuvimos, pero me parece nomás que sigue con lo mismo.

Entonces le dije: ‘¿Qué problema hay conmigo? Yo soy tu esposa. No tenés por qué estar entrenando gratis a esas vagas, que quién sabe qué quieren contigo’.

Todavía quiero entender ¿qué hace él dedicándoles tiempo? ¿Por qué tanto interés? No se me ocurre otra cosa más que pensar que está calentoneando con alguna.

Pero claro, según él yo soy la exagerada, la tóxica, la que no entiende que él “puede tener amigas”.

Pero yo entiendo que cuando uno se casa, ya la prioridad cambia. Ya no es él con sus amiguitas. Somos dos: él y yo.

Y si quiere otras, pues que vaya tranquilo, la puerta está ahí. Yo misma le dije: ‘Si te gusta una de ellas, andá. Aprovechá y andate’.

Pero al final la mala del cuento siempre soy yo porque le exijo respeto.

No me importa lo que diga pero voy a irme detrás de él al gimnasio, tengo que saber en qué anda y esas tienen que saber que yo soy su esposa.

Ya ni siquiera me llama, no me escribe, nada. Para lo único que me busca tener sexo. Y ahí, según él, yo soy su ‘todo’, su ‘mundo entero’. En mi cabeza algo ya no cuadra y me gustaría saber qué piensa al respecto ¿Qué piensa?

La respuesta:

Mariel, en tu caso, lo primero que te recomiendo es que tengas una conversación tranquila pero firme con tu esposo. Decile cómo te sentís, qué cosas te generan desconfianza y qué necesitás para sentirte respetada. No es para pelear, sino para pedir transparencia y límites claros. Él tiene que ser coherente: si dice que no pasa nada, sus acciones deben demostrarlo y no generarte dudas. También necesitan recuperar espacios juntos y reconectar, romper con la rutina diaria. Si él no quiere hablar ni cambiar, debés considerar tomar distancia para cuidarte. Y recordá: priorizate. tu tranquilidad vale más que cualquier duda.

Psicóloga clínica, atención a adolescentes y adultos, terapia de pareja. Instagram: @paolazapata777