Hola Consultorio del Amor. Me llamo Lourdes, pero me dicen Lu. Tengo 32 años y vengo arrastrando una situación que me tiene muy incómoda y me quita la paz.
Desde que me casé, siento que mi mamá se volvió más cercana a mi marido que a mí. Y no lo digo por celos sin sentido, lo digo porque lo veo todos los días en pequeños gestos que a mi realmente me duelen.
A veces me pregunto si en vez de ser su hija, soy una extraña en esta casa. El otro día fue el colmo. Yo llegué agotada del trabajo, física y mentalmente, y encima me encargué de limpiar, cocinar, hacer las compras. Mi marido, como siempre, se sentó en el sillón y agarró el celular.
Le pedí, con toda la paciencia que me quedaba, que ayude ¿Y qué me contesta? que está muy cansado, como si fuera que yo no.
Ahí se me acabó la paciencia y me convertí, me plagueé por los cielos. Y justo mi mamá estaba ahí porque vivimos detrás de su casa. En el mismo predio está nuestra casita, pero aparte.
Amargada
Pensé que, por una vez, se iba a poner de mi lado. ¿Y qué hizo? Me retó a mí. Me dijo: “¿Cómo no le vas a entender? ¡Él trabaja todo el día! Si seguís así de amargada te va a dejar tu marido”.
Como si fuera que yo no. Ella piensa que porque él se va al laburo a “hacer trabajo de hombre”, está más cansado que yo.
Me quedé muda. Humillada. ¿Cómo puede ser que mi propia mamá defienda más a él que a mí? Él se rió, como si nada, y ella se fue a la cocina a prepararle su cena a él.
Yo sentía que me borraba del mapa. Que no valía nada ni como hija ni como mujer. Y esto viene de antes. Cada vez que discutimos, ella lo defiende a él. Siempre. Le pregunta si comió, si está cómodo, si necesita algo.
A mí ni me mira. Y cuando él llega del trabajo, se sientan los dos en el patio, a tomar juntos, a reírse, a hablar como si fueran viejos compinches. Yo los miro desde la ventana y me da una rabia. Y no es que mi mamá o él tengan algo, no, mi mamá lo hace tipo de una forma maternal. Ella ya tiene 65 años.
Yo siento que se está repitiendo todo lo que pasó con papá y con mis hermanos. Ella le tenía entre algodones a mi papá, aníke, que no se moleste, que no haga esto, porque es de mujer. ¡Él ko anga es un bebé para ella! ¿Qué piensa?
La respuesta: