Me llamo Marilina. Tengo 37 años. Lo que me pasó realmente no le deseo a nadie. Cuando tenía 20 años me casé con Julio, él me llevaba solo 3 años. Viví los momentos más felices de mi vida a su lado.
Pasamos momentos difíciles también, pero siempre juntos, siempre unidos. Nos queríamos, y lo más triste es que a pesar de los años siempre andábamos como novios, a pesar de los dos hijos que tuvimos juntos (tienen 8 y 7 años), tratamos de que el amor de pareja se note en nosotros.
Nos parecíamos mucho, él era divertido y yo también lo soy.
Vivíamos con lo justo, no nos faltaba, tampoco nos sobraba. Pero un día, Julio debía entrar más temprano que de costumbre a su laburo. Terminó muy tarde la noche anterior, pero el compañero que entraba a la mañana salió de vacaciones y entonces ese día él tuvo que quedarse todo un día a cubrir, sin haber dormido prácticamente.
Cuando venía a casa, se quedó dormido al volante, de acuerdo a lo que dijeron los intervinientes. Era ya muy noche. Julio murió al instante y mi mundo se desmoronó. Eso pasó hace dos años.
Dejó un vacío muy grande, me dejó con mis dos hijos sola. Tengo a mi familia cerca, pero no es lo mismo.
Encrucijada
Ahora estoy en medio de una encrucijada. El dolor no se va, todavía me duele mucho lo que pasó y aún recuerdo y extraño a Julio.
Pero la vida sigue, mi vida continúa, soy muy consciente de que sola no quiero quedarme. El problema es que la persona de la que me estoy enamorando es el hermano de Julio. Se llama Armando, es cinco años menor que él.
Armando es muy parecido, su voz, su amabilidad, su forma de ser, es más serio que Julio, pero muy parecido a él. Armando, sin ningún tipo de intención no me soltó desde que Julio murió.
Siempre veló por mis hijos y por mí, se encargó de pagar los gastos del sepelio, y los primeros meses me ayudó a pagar las cuentas que quedaban de él. Afortunadamente yo trabajo y puedo sostenerme sola. Pero él no me desamparó.
Entre idas y vueltas a mi casa, nos hicimos más cercanos. Armando siempre quiso mucho a sus sobrinos, mis hijos, el tío preferido. Y acá viene lo que a mí me quebranta. Él y yo ya tenemos una relación hace unos meses, pero mis hijos ni saben.
No sé si es correcto lo que está pasando. Mi mamá dice que les voy a traumar a mis hijos ¿Realmente puede pasar eso? ¿Puede afectar a mis hijos que el tío sea ahora el padrastro? Quiero darme esa oportunidad, pero no quiero lastimar a mis hijos ¿Qué me aconseja en este caso?
La respuesta: