Mientras los pobladores de Piribebuy insisten en que se usan detectores de metales buscando plata yvyguy en la restauración del templo “Ñandejára Guazú”, un historiador explicó de dónde viene esta creencia de antaño.
El profesor Cesar Aquino, historiador de Piribebuy, contó que en la Guerra Guasu, el Mariscal Francisco Solano López ordenó que trasladen la capital a Luque y evacuar Asunción en 1868.
Unos meses después, la misma situación se vivió, pero esta vez Piribebuy se convertía en la capital del país. Durante esa migración, los capitalinos llevaron sus joyas y el tesoro nacional a Piribebuy.
“Como la mayoría de los que venían de la capital eran católicos, se ocultaban los tesoros en las iglesias, entre las imágenes, detrás en los retablos”, explicó.
Sin embargo, el ejército de la ocupación saqueó hasta en el Santuario Nacional Dulce Nombre de Jesús, también conocido como “Ñandejára Guazú” o “Capilla Guazú”, por lo que no hay certeza de que exista algún tesoro escondido allí. El historiador explicó que siempre se dijo que hay plata yvyguy, pero que nunca hubo hallazgos en el lugar.
Antecedentes
Pobladores cuentan que tiempo atrás ya hubo conflicto en la iglesia porque un diácono quiso hacer por la pared una imagen de San Blas, pero sospechaban que la intención era excavar para buscar oro.
El pueblo también se levantó cuando se construyó el baño en la plazoleta.
Marcelo Ojeda, un poblador de Piribebuy, se quejó en redes porque desde “el día 1” de la actual restauración en el templo empezaron a usar detector de metales y con geólogo.
“Una cosa es restaurar la iglesia, no ver qué clase de tierra esta ahí. En plena luz del día con máquinas detectores de metal estaban allí, a 40 metros del infraestructura a trabajar”, dijo.
La iglesia con 272 años de antigüedad tiene serios riesgos de derrumbe, hay filtraciones en el techo, las paredes agrietadas y pisos quebrados. La restauración está a cargo de la Secretaría de Cultura, financiada por Itaipú. Actualmente, están excavando para montar un tinglado sobre el techo para poder desmontar, explicó el padre Alcides Mendoza.