La caravana encabezada por un camión de bomberos llegó al mediodía al cementerio de Minga Guazú. Mucha tristeza y dolor pasa toda la ciudad y el país por la partida de Naidelin (7), raptada y asesinada.
Una considerable multitud de Alto Paraná estuvo presente ayer en el velorio, hoy en la misa y luego en el entierro. Muchos se fueron con globos rosados y blancos.
“Le quitó la vida a mi nietita de 7 años. Por qué no me quitó a mí, que yo ya soy viejo. Me puedo morir, no importa más eso”, dijo el abuelo José González a Noticias Py.
Afirmó que reconoció el cadáver de su nieta por los dos dientes de leche que él mismo le echó y que faltaban en su boca.
El abuelo, una de las personas más fuertes de la familia, agradeció a toda la gente que se acercó. Le dio su última bendición a su nieta.
“Que no suceda más”
“Le pido a Dios que me dé la fuerza y que le tenga en su reino a mi nieta. Le pido que entre en el corazón de la fiscala y los Ministros de la Corte y que se haga justicia. Que no suceda más, no por mí, por el Paraguay”, enfatizó.
El entierro se pospuso porque en toda la mañana la madre y la abuela se descompensaron y fueron a centros asistenciales.
“Salió mi hija a buscar una esponja y lastimosamente tuvo el peor retorno a casa, hoy la estamos despidiendo, pido justicia para ella y espero que el culpable se arrepienta”, dijo la mamá en la parroquia María Auxiliadora.
“Que no se quede impune”, gritaba constantemente la abuela, como dejando una misión a la sociedad.