25 abr. 2024

“Por el virus, nadie te quiere dejar entrar en su casa”

Joven becada llegó a quedar sin techo en pleno auge del coronavirus.

Noelia Cáceres (24) pasó ayer su primera noche en Paraguay en un albergue militar de Sajonia, Asunción, luego de vivir en carne propia la gran pandemia del coronavirus en los Estados Unidos que le dejó en cierto momento sin la asistencia de la universidad en la que estaba becada.

“Estoy mucho mejor de estar más cerca de mi familia. Mucho más segura porque ahora ya sé que cualquier cosa que me pase ya les tengo cerca”, contó a Extra.

Ella estará en el albergue por los próximos días mientras cumple su cuarentena. Se trata de una de las 236 personas que ayer llegaron en el vuelo proveniente de Miami, EE.UU.

“La pandemia me afectó desde marzo porque el campus se había cerrado. Una familia me albergó pero tuve que salir de ahí y se me complicó porque no tenía dónde quedarme. Por el tema del virus, nadie te quiere dejar entrar en su casa”, expresó.

Entonces, hizo pública su situación a través de la prensa paraguaya y esto motivó al Consulado para que la ayude y a la universidad para que pague por ella un hotel hasta que llegara la fecha de su vuelo de retorno.

Situación en el albergue

El grupo de Noelia compuesto por 26 mujeres se despertó hoy temprano para que les tomen la temperatura.

La universidad le pagó hotel a Noelia hasta que consiguiera el vuelo a Paraguay.

La universidad le pagó hotel a Noelia hasta que consiguiera el vuelo a Paraguay.

Gentileza

Están divididas en dos pisos y tienen sus cubiertos separados, reciben la comida y se sirven, comentó.

“En dos días nos hacen la primera prueba de Covid-19 y a los 10 días la segunda prueba para salir”, refirió.

Cabe señalar que Noelia optó por ir al albergue por una cuestión económica que hacía difícil acceder al Hotel Salud.

Noelia obtuvo su título en mayo como Licenciada en Economía en la Universidad del Estado de Georgia. Su plan al corto plazo es salir del albergue y a largo plazo, conseguir un trabajo que pueda combinar con la práctica del lanzamiento de martillo que es lo que le apasiona.

“Espero trabajar cuanto antes. Lo ideal sería seguir compitiendo y entrenando”, mencionó.

Ella ostenta el récord nacional de menores de 52 metros y su mejor marca es de 53 metros en categoría mayores.

Para combinar el estudio universitario y el deporte, tenía horarios combinados, estudiaba de mañana, iba al entrenamiento y después volvía.

“Al principio lo difícil fue adaptarme al idioma porque por más que tenía conocimientos es difícil pensar y expresarse fluidamente al principio”, concluyó.