26 abr. 2024

Pidió orden de alejamiento para vecina que quería robar su guinea

La mujer quería comer al tokãi en un rico fideo tallarín. Tenía dos gallinas ajenas y cuando iba por la presa mayor, fue pillada.

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La mujer puso una escalera para entrar a la casa. Al escapar tumbó cajas de cerveza.

Era como la 1:30 de la madrugada de ayer, cuando a Francisco Javier Marecos (28) y su señora, le despertaron en medio del friazo. Sus gallinas y su tokãi estaban todas alborotadas.

¡Tokãi, tokãi, tokãi...!” lloraba la guinea; las gallinas le seguían en el cacareo de alerta.

El señor se levantó y se dio cuenta que su vecina tenía a sus dos gallinas en una bolsa y a la guinea quería agarrarla, pero el ave se resistió. Es luego una de las más difíciles y bochincheras en ser atrapada.

La mujer al darse cuenta que fue pillada corrió y quiso saltar la muralla usando varias cajas de cerveza como escalera. Ella se cayó y se hizo de la desmayada.

Los agente de la Comisaría 55 de Ñemby, fueron llamados y llegaron enseguida a la casa de calle Florida del barrio Caaguazú.

La mujer fue levantada por los agentes e identificada como Chintia Mariela Vera, con antecedentes por homicidio culposo año 2019 y violación del deber del cuidado o educación año 2020.

Nueva en el barrio

Según Javier, la mujer hace poco se mudó al barrio con sus cuatro hijos menores de edad, porque su vecina le dio una pieza para que viva.

Agregó que ella para entrar al patio ajeno colocó una escalera de esas que se usan en la piscina y ya había tirado una buena cantidad de cucharas, tenedores y cuchillos al patio de la casa donde vive.

Tuvo antojo

Javier le cuestionó a la señora su actuación y si tenía hambre, por qué no le pidió nomás, que él le iba a dar comida.

Ella le dijo que en realidad lo que ella quería era agarrarle a la guinea porque tenía antojo de comerla con fideo tallarín.

Que no se acerque

Javier contó que ayer a la mañana fue citado a la Fiscalía en Ñemby.

Allí le dijeron que la mujer podía ser imputada por hurto agravado y que podría ir a parar a la cárcel.

El muchacho quien ya es papá, pensó en los cuatro hijos de su vecina y preguntó cómo podía solucionar la situación para que su vecina no vaya presa. Le dijeron que pida una orden de alejamiento de ella hacia su casa.

El joven aceptó la propuesta y dijo que lamentablemente la mujer deberá mudarse de la zona. Agregó que por las dudas va a mandar a colocar vidrios rotos sobre su muro, para evitar que otras personas quieran comer sus animales.