Estaban en medio de la nada. La señal del celular fue la única salida para pedir ayuda. Después de tres meses de soportar situaciones inhumanas, Jorge Lima, junto con su pareja, logró llamar al 911 el domingo y denunciar lo que estaban viviendo en una granja de Villa Hayes.
Ambos habían viajado desde Luque con la promesa de recibir un salario mínimo por trabajos de limpieza y cuidado de animales. Sin embargo, nunca vieron un guaraní y sobrevivieron apenas con agua salada. “Estuvimos sin agua potable y sin provista. Solo agua salada para tomar. Nos llevó bajo engaño con la promesa de que iba a pagarnos sueldo mínimo”, relató Lima en diálogo con Luque Noticias, responsabilizando directamente a la dueña del lugar.
El joven también compartió un video en redes sociales. En la grabación se observa a su pareja cubierta con un camisón, mientras la patrullera espera en el sitio. En otra parte, aparecen las pertenencias de ambos en bolsas, cargadas en la camioneta de la comisaría 4ª de Villa Hayes.
“Así vinimos bajo engaños para trabajar en una granja. Ya que no hay móvil, tuvimos que llamar al 911”, contó Lima.
El jefe de la comisaría, Evaristo Ocampos, explicó a EXTRA que los afectados no hicieron ninguna denuncia formal. “Ellos no manifestaron que se les maltrató o que no se les pagó. Solamente dijeron que no tenían para su pasaje y que querían salir a la ruta”, sostuvo.
El drama rural
Para Simeona Britez, del Sindicato Nacional de Trabajadores Rurales del Paraguay, este no es un hecho aislado. “Hoy a la mañana (por ayer) estuve en el ministerio, consulté, pregunté, nadie sabe nada. Y lo que ustedes ven ahí no es un caso para nosotros, es algo cotidiano”, afirmó.
Algunos trabajadores son agredidos físicamente
Britez recordó que en varios departamentos del interior los abusos son peores que el de Jorge y su pareja. “En otros lugares les garrotean, les tienen sin comida, no les pagan ni un guaraní. En Alto Paraguay, en Boquerón, en Concepción, la situación del trabajador es un verdadero desastre”, lamentó la dirigente.