28 abr. 2024

Paraguaya había pasado mal y ahora progresa en Bolivia vendiendo comidas típicas

En plena pandemia abrió su propio restaurante. Conquista con deliciosas comidas típicas, con ayuda de sus hijas.

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Celestina Fernández, huyó de violento hacia Bolivia.

Desde hace tres años, Celestina Fernández (43) “enamora” a toda Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con las comidas típicas que prepara en su restaurante “Comida La Paraguaya”.

Aunque ahora le va superbién, la compatriota dijo que en el pasado sufrió mucho al lado de su pareja, quien la maltrató durante 9 años, según contó.

“Mi intención es ayudar a las mujeres que están viviendo maltrato y decirles que busquen ayuda, que no se equivoquen como yo y logren salir rápido de esa relación”, expresó la paraguaya.

Con su pareja vivió en Ciudad del Este, tenían un negocio en el Mercado de Abasto, pero se fue a la quiebra debido a que todo lo que ganaban, el hombre lo gastaba en sus vicios, dice. (droga y alcohol).

Se decidió

“El maltrato psicológico y físico es horrible, lastimosamente nunca pedí ayuda a nadie, aguanté tanto tiempo que hoy día pienso y digo que me faltó valor para enfrentar a aquel hombre que me pegaba y hasta me quiso acuchillar; me dijo que me mataría porque yo no servía para nada”, relató.

Hasta que un día dijo “basta”, cuando vio al papá de su hija paseándose con otra, por lo que le dejó y se fue a vivir a Horqueta con su mamá, donde se dedicó a vender empanadas, butifarras, enrollado, etc., además de limpiar patios ajenos para mantener a sus dos hijas.

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Desde abajo, así empezó su negocio, que fue creciendo día a día, y hoy cuenta con su propio restaurante.

“Hace seis años, una señora me preguntó si no quería ir a Bolivia a trabajar como doméstica y acepté. Luego vino la pandemia y me quedé sin trabajo, eso me impulsó a trabajar independiente vendiendo comidas típicas a mis vecinos”, recordó.

Luego realizó ferias de comidas donde le fue muy bien y gracias a eso abrió para su propio restaurante, primero en su casa, pero ahora ya en un local más grande.

“Todo lo que hago son comidas paraguayas, como el vori vori, puchero, poroto, bocaditos y las comidas típicas de San Juan, que gustan demasiado a los bolivianos”, manifestó la emprendedora.

CONSEJO

La compatriota pidió a las mujeres que sufren de violencia que salgan de ahí, que no crean que sin un hombre no se podrá salir adelante.

“Si yo pude, entonces ustedes también van a poder; es mejor vender tortillas, empanadas y sándwich por la calle, que recibir golpes e insultos por parte de alguien que dice quererte. Nuestros hijos deben ser nuestro motor”, finalizó.