Monseñor Joaquín Robledo, obispo de San Lorenzo, urgió ayer que la justicia actúe en relación a la desaparición de 2.631 niños, niñas y adolescentes en dos años, en el Paraguay.
El prelado hizo un fuerte reclamo durante el segundo día del novenario en Caacupé, citando las cifras de desapariciones de menores, difundidas por la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA).
Estos números son ‘‘un reflejo de la violencia que afecta a nuestras comunidades, desde el maltrato doméstico hasta los casos de alarmantes de desapariciones de menores’’, afirmó.
Sostuvo además que ante los desafíos graves como las desapariciones, la paz es más que la ausencia de conflicto, es una tarea permanente. ‘‘Tenemos necesidad de paz, con uno mismo y con los demás, paz en la familia, en el ámbito social y político’’, enfatizó en su prédica, que tuvo como tema la paz, la justicia y la comunión como signos de esperanza.
El obispo también denunció otras formas de injusticia que ‘‘claman al cielo’’, laceran a la sociedad paraguaya, como exclusión, el abuso de poder que lleva a abusos sexuales, y espirituales ocasionando daños irreparables y sufrimientos indecibles. ‘‘La corrupción, que excluye a los más pobres, y la indiferencia hacia los derechos de los pueblos indígenas, quienes viven en condiciones de extrema pobreza, que son heridas profundas en nuestra sociedad’’.
‘‘Pongamos nuestra fe en acción y que la Virgen de los Milagros de Caacupé nos acompañará en este camino’’, propuso recordando que Jesús nos llama a ser sembradores de esperanza, por la paz.