05 may. 2024

“Ña Cambá”, símbolo de resistencia de los despenseros

Tiene como vecino a minisúper y se volvió viral. Ventas bajaron, pero la dueña no da el brazo a torcer.

Del otro lado del mostrador, doña Nimia Silva atiende a los clientes que llegan a su negocio, en San Lorenzo.

Algunos pasan de largo y van a los autoservicios que se instalaron en los alrededores.

Uno de ellos fue construido hace tres meses al lado mismo de su local, pero la doña de 58 años sobrevive gracias a las ventas del día, que por cierto disminuyeron por la “competencia”.

Clientes la abandonaron, pero volvieron

“Ña Cambá” es el pequeño almacén del barrio Barcequillo que hace unos días se volvió viral en las redes sociales y un gran símbolo de resistencia de los despenseros. Hace 44 años, doña Apolonia, la madre de Nimia inició el negocio que le heredó hace cuatro años, tras su fallecimiento.

Herencia familiar

“La despensa se llama Santa Clara, pero la gente le dice “Ña Cambá” porque así se apodaba mi mamá. La despensa era una de las pioneras en cuanto a almacenes en la zona”, contó Nimia a EXTRA.

La comerciante dijo que muchos de sus clientes la abandonaron, pero regresaron porque ella vende más barato algunos que otros productos y también da fiado, eso le da un punto a su favor, aunque son pocos los clientes que son de confianza y pagadores.

“En cierta manera me perjudica, pero algunas personas se van ahí (en el otro local) y encuentran que sus productos son un poco más caros, por eso vuelven otra vez a mi despensa, pero hay cosas que yo no vendo, carne no vendo”, señaló.

Nimia contó además que tras la viralización de la foto de su local, mucha gente le llamó y le dio su apoyo, es así que en cierta manera siente que con más razón debe continuar luchando por ella y por su único hijo.

“El sol sale para todos, pero no por eso me voy a poner mal, no puedo luego y hay que seguir luchando”, dijo muy confiada.

Compañeras de trabajo

Nimia dijo que otra de las ventajas que tiene es que no paga alquiler porque es su casa propia. Muchas veces atiende tras las rejas debido a la inseguridad, pero sus compañeras de todos los días son ña Julia, la vendedora de diarios y Nati, la vendedora de remedios refrescantes. Entre las tres son muy amigas. “Nos ayudamos entre todas, no les cobro, ellas están ahí, son mis vecinas, son mis amigas y nos ayudamos mutuamente”, indicó.