Con la venta de sus ladrillos, el olero Roberto Arnaldo Brizuela (43), de Yby Yaú, Concepción, ahorró G. 8.500.000 en billetes de G. 100.000. El objetivo era comprarse un camioncito para seguir trabajando.
En la madrugada de ayer, personas extrañas ingresaron a su casa en busca del dinero y, de manera despiadada, mataron a machetazos a Brizuela y a su hijo Sergio, de 11 años.
Los delincuentes “dieron vuelta la casa” pero no encontraron el ahorro, que estaba escondido debajo de un mueble viejo.
Mientras ocurría el espantoso crimen, la esposa de Roberto y madre del niño cumplía su guardia como enfermera del centro de salud local.
El vecino de la familia alertó del hecho a la policía. El cuerpo del hombre fue encontrado en el piso, al lado de su cama, en medio de un charco de sangre.
Las huellas condujeron al galpón de la vivienda, donde fue encontrado el cuerpo del adolescente, quien habría sido asesinado cuando intentaba llegar a la casa del vecino para pedir auxilio.
El fiscal Óscar Valdez sospecha que los autores del crimen serían indígenas de una comunidad cercana, que estuvieron siguiendo los pasos de las víctimas. Decidieron atacar cuando estos quedaron dormidos, tras un largo día de pesca. Sin embargo, aún no hay detenidos.