19 abr. 2024

Masajista: “Hombres y mujeres nos denigran”

Mayoría piensa que masajista también hace “otros servicios”. Caer en eso depende de la ética profesional de cada una, dijo profesional.

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Maru es muy piropeada en las redes sociales. Los que le “tantean” algo más son ignorados, dice.

Instagram

Ser mujer, masajista y mamá soltera no es nada sencillo para Marushka Vietsky (40), quien desde hace 20 años lidia con la discriminación por su trabajo.

Hace unos días Maru hizo una publicación en Twitter y se volvió viral. Fue luego de aguantar un cúmulo de cosas. “Mucha gente se burló de mi porque soy ‘solo una masajista’ y tienen razón. Pero con el orgullo enorme de que nunca le lloré ni un peso a nadie, le mantuve y mantengo a mi hija y madre. Y jamás podrán decir: gracias a mí tenés eso”, escribió.

El mundo del masaje la obligó a ser fuerte. Cuando trabajó en un reconocido spa, los hombres la presionaban para que haga “un servicio completo” (con servicios sexuales). “Mi propia jefa me preguntaba porqué me negaba. Me decía que yo ya era mamá y ya sabía de esas cosas”, dijo.

Así fue que tomó el camino de trabajar independiente. Iba al domicilio de sus clientes y mucha gente hizo correr la voz de que en realidad hacía esos servicios sexuales.

“Mujeres y hombres nos denigran. Hay hombres que creen que soy... ya sabés qué. O simplemente no me quieren conocer o tomar en serio porque soy mamá soltera y masajista. Hay cientos de personas que hablan mal de mí por mi trabajo”, lamentó Maru.

Por su propia seguridad dejó el masaje a domicilio y abrió un local en su casa, pero ahí también tiene que lidiar con un montón de desubicados que buscan servicios sexuales.

“Me tocó pacientes que llegaron al salón y me pedían algo más, yo les pedía que se retiren. También pendejos que venían a hacerse masaje y después decían que tenían algo conmigo y yo ni sabía sus nombres”, apuntó.

Sin embargo, también hay personas que la conocen bien y valoran su laburo. Vietsky admitió que muchas veces se sintió muy bajoneada, pero tiene sus recompensas.

“Mi hija va a cumplir 20 años, ya va a la facultad y está estudiando Kinesiología. Me dice que está orgullosa de mí. ¿Qué motivación más necesito?”, añadió la mamá.

Ella sabe que muchas de sus colegas sí ofrecen servicios sexuales y no las discrimina. “Depende de la ética profesional de cada una, no las juzgo. Son gente adulta”, dijo.

Todos esos malos momentos la impulsaron a especializarse en tratamientos corporales femeninos. “Intento tratar con más mujeres que con hombres. Hago eliminación de celulitis, afinamiento de cintura, levantamiento de glúteos, masajes detox y limpiezas faciales. Todo sin inyecciones, de forma natural”, explicó.

Maru trabaja teniendo en cuenta los protocolos sanitarios. Se maneja con agendamiento de clientes. El local queda en Lambaré y se llama “Maru tratamientos”, tiene página en Instagram y Facebook.