Como ya es costumbre, Monseñor Ricardo Valenzuela dejó lo más picante para el final de la fiesta de la Virgen de Caacupé. Esta vez lo hizo a través de una carta al pueblo que tituló “Organicemos la esperanza”.
Varias fueron las frases fuertes contra los gobernantes. Entre ellas, las más aplaudidas fueron las siguientes:
- “El año pasado lamentamos el fallecimiento de miles de seres queridos. Muchos de ellos pudieron haberse salvado o vivir más tiempo, si la reacción gubernamental hubiese sido más acertada y no tan débil para enfrentar eficientemente el problema”.
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“Si aplicamos este concepto del ejercicio cristiano del poder, tenemos derecho a esperar con ansias que este año terminen definitivamente los fallecimientos por desidia, negligencia y corrupción en el sector de la Salud Pública”.
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“No es justo que los altos miembros del Estado, en vez de usar los servicios de salud de la colectividad, gastan el dinero público en seguros privilegiados de la medicina prepaga, como si tuvieran naturalmente más derechos que el común de la gente”.
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“Para cimentar nuestra esperanza será necesario que los políticos y los gobiernos dejen de lado el sectarismo, los privilegios, a veces exagerados, la riqueza mal habida, y trabajen por el bien común”.
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“Tenemos la obligación de “organizar la esperanza” en el Paraguay para dejar atrás los efectos de la pandemia y para poner punto final a la epidemia nacional de la impunidad, porque la corrupción también mata”.
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“Comencemos a construir la esperanza del mañana con un cimiento sólido, que sea inamovible: el presupuesto de la nación, quebranto de todos los años”.
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“Es necesario organizar con más firmeza y eficacia la aplicación de la ley a quienes la infringieron para quedarse con la mayor parte del presupuesto de salud en tiempos de plena pandemia”.
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“Necesitamos un Poder Judicial verdaderamente independiente y no subordinado a personas influyentes y grupos de poder. Si no funciona la Justicia, la democracia es solo nominal, la cual cede su puesto a una anarquía”.
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“Señores intendentes y concejales electos, a la hora de hacer sus nuevas tareas, tengan presente su compromiso con la fe, con el pueblo y con sus familias”.
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Hoy por hoy la violencia adquiere otras formas, como la que implementan los forajidos del Norte, secuestrando, asesinando a personas inocentes, y extorsionando a las instituciones al punto de mantenerlas maniatadas, sin mucho margen de respuestas legales”.
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“Nuestra voz de aliento a las fuerzas del orden y la ley a extremar sus esfuerzos por liberarlos cuanto antes y que sus actos estén guiados por el valor y las mismas esperanzas de las familias en recuperar con vida a sus seres queridos”.
- “Nuestra educación siempre es calificada en todos los exámenes internacionales de pésima y atrasada”.
- “Necesitamos, además, patriotismo para tratar el tema y para exigir a quienes negocian y negociarán nuestro futuro. No demos pasos en falso que condicionen el porvenir de la nación”.
- “El mañana comenzó ayer, pero la gran fecha sigue siendo el año de la renegociación del Anexo C de Itaipú, cuyo tratamiento y negociación ya comenzaron y de las cuales apenas conocemos algunas pequeñas cosas que se filtran”.
- “A pesar del dolor de nuestras pérdidas, tenemos el deber cristiano de levantarnos y andar; de trabajar y hacer bien las cosas, cada uno en nuestras áreas, de contagiar esperanza a los demás”.