Todas las pistas se tomaban en cuenta. Algunos no querían comprometerse con la investigación porque el tema era delicado. La policía quería dar con la mamá de Capiatá que no enviaba a su hija a la escuela porque las vacunas son la “marca de la bestia”.
En muchos casos los intentos para recuperar a la niña desaparecida no tenían el resultado esperado. Hasta que un conocido le dijo a la comisario Rosana Amarilla, Jefa de la Comisaría 59 que le vio a la mamá en cierta ubicación a la altura del kilómetro 18 de la ruta PY-02.
Antes del mediodía les llegó la información, a las 15:00 de ayer estuvieron en el lugar y mientras hicieron vigilancia y hacían preguntas en la zona, llegó las 18:00. A esa hora decidieron tocar la puerta, no podían dejar pasar un día más. Les atendió la señora.
“Ella aparentemente es una persona muy tranquila. (...) Ella me entendió y nos entendimos porque le expliqué de la gravedad de su situación, porque una cosa es lo que ella crea, lo que ella siga como religión, como creencia espiritual y otra cosa es la ley de los hombres. Le expliqué que ella estaba en falta con la ley de los hombres y que tenía que solucionar su situación para poder vivir en paz la ley de Dios”, mencionó en entrevista a Radio Monumental 1080 AM.
La mamá le respondió que su hija daba clases virtuales a través del Whatsapp con la gente de su propia secta, la Organización Apocalíptica. La Comisario le dijo que eso era peligroso porque si alguna vez ella fallece y se queda su hija a cargo de otras personas, por decir, a los 10 años, la niña va a tener que empezar el primer grado a esa edad.
La niña fue entregada al papá anoche. El procedimiento realizaron vestidos de civil, la niña estaba escondida detrás de una heladera, en la oscuridad, estaba llorando asustada.
La mamá actualmente guarda prisión en dicha comisaría y declarará a las 08:00 ante el fiscal Víctor Villaverde.
“Por lo visto que ella no tiene bases espirituales, entonces es muy fácil para los vividores que se aprovechan del vacío espiritual de las personas. Tenía problemas con el papá, con el concubino, porque yo conversé mucho con ella. Vino la pandemia y para una persona que no tiene medios económicos fue una desesperación”, dijo la Comisario.
Cabe señalar que la mujer llegó a brindar entrevistas a los medios de comunicación desde su escondite. A los investigadores les costó rastrear su celular porque cambió de número.
"¿Qué hubiera ocurrido si ella se sentía presionada? Porque para esta gente no está en juego su cuerpo nomás, está en juego su alma y la gente que es muy cerrada a esa religión prefiere perder la vida y no su alma”, comentó Amarilla.