En toda su vida, Ana Delia Olazar (44) creció con la idea de que el hombre que la cuidaba y la llevaba a la escuela era su verdadero papá.
Él le dio su apellido, pero también cariño y un hogar. Hasta que un día, cuando cumplió 17 años, su madre le reveló la verdad: su padre biológico se llamaba Miguel Ángel Báez.
Su mamá le contó que lo había conocido en Asunción y que quedó embarazada, pero luego volvió a Ciudad del Este. Miguel Ángel tuvo conocimiento de su existencia y, en una oportunidad, viajó a visitarlas. Fue en esa visita cuando se tomaron una foto familiar, que años más tarde sería clave para el esperado reencuentro.
Sus padres guardaban una imagen de ella
Junto con la revelación, le entregó la fotografía en la que se la ve de niña en el regazo de su mamá, con su papá a su lado. Ana Delia supo también que Miguel Ángel guardaba otra imagen muy parecida, donde él la sostenía en brazos.
En aquel momento decidió no buscar de inmediato a Miguel Ángel, por respeto a su padrastro. “Me quedé muy impresionada, me sorprendió demasiado y, como era joven, tampoco dimensioné muchas cosas, entonces me callé y guardé la foto”, explicó en diálogo con EXTRA.
Faltaban piezas
Con los años, el deseo de completar su historia fue más fuerte. Primero intentó buscarlo en 2007, a través de la radio y programas de comunicación, pero no tuvo suerte.
“Hice audios, llamé a varios números, incluso me entrevisté en algunos programas, pero nunca lo encontré”, recordó.
Recién en agosto de este año se animó otra vez. El 15 fue entrevistada en un medio televisivo y el 16 publicó la foto en redes sociales. El domingo 17, recibió un llamado que le cambió la vida. Una de sus hermanas paternas de Capiatá se comunicó con ella y le contó que su papá había muerto en el 2021, a los 60 años.
Los demás hermanos le contaron que siempre supieron de su existencia. Incluso, antes de fallecer, Miguel Ángel les pidió en su lecho de muerte que siguieran buscándola.
“Mi papá me buscó en vida, pero nunca me encontró porque yo usaba el apellido de mi padrastro. Él sabía que mi nombre era Ana Delia López, pero como fui reconocida con otro apellido, nunca coincidieron las búsquedas”, detalló.
Emotiva bienvenida
Finalmente, el esperado encuentro se dio el 6 de septiembre pasado en Capiatá. Ana Delia viajó desde Ciudad del Este para conocer a cinco de sus seis hermanos, ya que uno de ellos vive en España. El recibimiento fue tan emotivo como inesperado, según contó a nuestro medio.
La esperaban con un ramo de rosas y un cartel que decía: “Bienvenida a la familia Báez hermana Ana Delia, de parte de tus hermanos/as. Hija, te busqué en vida y no te encontré. Hoy te doy la bienvenida a la familia. Tu papá Miguel Báez desde el cielo”.
“Me recibieron muy bien, me sentí muy querida. Fue muy emocionante el encuentro entre hermanos”, expresó conmovida.
Entre abrazos y lágrimas, compartieron anécdotas y recuerdos que Miguel Ángel había dejado en vida sobre ella.
Visitó su tumba
Ese mismo día, sus hermanos llevaron a Ana Delia hasta el cementerio Municipal de Capiatá, donde se encuentran los restos de su padre. Le aseguraron que quieren seguir compartiendo momentos y que en la próxima oportunidad viajarán hasta Ciudad del Este para visitarla. Ana Delia compartió una imagen tomada por sus hermanos, en la que se la ve frente a la tumba de su papá.
Ahora son siete
Ana Delia no solo encontró un pedazo de historia que le faltaba a su vida, sino que descubrió que tiene seis hermanos: Alberto, Elías, Eliseo, Zulma, Dorca y Ninfa, quienes están muy felices de saber que tienen una hermana mayor.