El mundo digital nos ofrece facilidades a la hora de pagar deudas, pero también se presentan algunos problemas.
El abogado Edward Arca, del Centro de Atención al Deudor (CENADE), señaló que los clientes, al terminar de pagar su deuda, están teniendo problemas para acceder al pagaré que firmaron para acceder al crédito.
“Ahora, todos los pagos se realizan por aplicación, depósitos o descuentos automáticos y la devolución del pagaré se vuelve más complicada”, señaló al diario EXTRA.
El abogado manifestó que al realizar el pago de la última cuota el cliente tiene derecho a que le entreguen el pagaré.
Pero al hacerlo de forma remota, muchos se olvidan de ese documento o reciben respuestas evasivas al ir a una oficina.
Las principales respuestas de los funcionarios son: “Los pagarés lo destruimos automáticamente con el último pago”; “Tu deuda ya fue borrada del sistema”; “Te vamos a dar un recibo del último pago y vení buscá dentro de 15 días”, entre otros.
“Ninguna de estas respuestas son válidas. Tiene que ser a lo yma. Que te den el pagaré en mano y rompes ahí mismo”, expresó Arca.
Cómo te complica
El abogado recordó el caso de su cliente que recibió dos demandas por pagarés que no fueron destruidos. Tuvieron que demostrar que sus deudas estaban saldadas.
“El peligro es grande: el pagaré con tu firma puede circular, se puede robar o caer en manos de inescrupulosos. Puede reutilizarse si hay cambio de administración, las probabilidades para estafar son infinitas”, apuntó.
El director recomendó siempre tomarse el tiempo para ir a buscar los pagarés y destruirlos. En caso de que te lo nieguen acudir a CENADE o a SEDECO.
Deudas con pagarés vencidos
El abogado Edward Arca señaló que muchas personas son presionadas a pagar deudas con pagarés vencidos.
“Los pagarés tienen una vida útil de cuatro años, pasado este tiempo no pueden exigir el cobro, pero es común que las empresas igual lo hagan”, manifestó.
Los cobradores hostigan al cliente sabiendo que no están obligados a pagarles.
“Inician las llamadas fuera de horario, presionan a familiares o amigos. Todo eso es parte de un juego psicológico, sin demanda judicial porque saben bien que un juez no dará a lugar”, expresó el abogado.
Los cobradores amenazan con quitarles sus casas, animales, su moto. Las personas caen en desesperación y hacen lo que sea para pagar.
