Todos los días se aferraba a la Virgen de Caacupé para que José Zaván se recupere. Doña Aurora Irrazábal rezaba por su nieto y luego de su accidente, su único deseo era volver a verlo y acariciar su rostro.
Hace 15 días, ese anhelo se cumplió, la mujer de 85 años, logró abrazar a su muchacho y ambos se prometieron que luego de la operación de mañana, visitarían la basílica de Caacupé, para dar las gracias a la virgen de los milagros por la recuperación del joven.
Día y noche, doña Aurora esperaba con ansias que llegue el día de la cirugía de reconstrucción craneal a que será sometido José; sin embargo, eso no ocurrió porque en la mañana del domingo murió.
La abuelita tenía un tumor, se operó el sábado, pero no resistió.
Su hijo, Ricardo Alarcón, dijo a EXTRA que el amor que abuela y nieto se tenían era inmenso: “Lo primero que José hacía cada vez que llamaba era preguntar por su abuela”, expresó Alarcón.
José y Aurora se vieron por primera vez después de mucho tiempo, ella le dio un tierno beso en la mejilla sin saber que sería el último.